Por Mex Faliero
En una ceremonia que se estiró un poco más de lo aconsejable, con demasiados funcionarios diciendo las vaguedades habituales que solo importan a los aplaudidores de turno, comenzó este jueves en la Sala Piazzolla la 37ª edición del Festival Internacional de Cine de Mar del Plata, un encuentro que tuvo homenajes varios, a los directores Leonardo Favio y Jean-Luc Godard y a la actriz Cecilia Roth.
Con la conducción habitual de Gabriela Radice, la ceremonia tuvo en su inicio el pautado homenaje a Favio, a quien se le dedica esta edición a diez años de su muerte. Un prolijo editado con su filmografía dio paso a Luciana Jury, sobrina del director de El dependiente, quien interpretó junto al guitarrista Lautaro Matute algunas canciones del repertorio del Favio cantante.
De la celebración del emblemático director argentino también participó Graciela Borges, quien trabajó con Favio y lo recordó con una enorme emoción.
Otro montaje prolijo recorrió la filmografía de Cecilia Roth, en un viaje cinematográfico que llevó de Argentina a España, las dos patrias de la actriz. Curioso fue, no obstante, que el editado duró casi más que las palabras de Roth: “El trabajo de los actores es genial porque estamos ahí inventando historias paralelas a nuestras propias vidas. La ficción es maravillosa porque es más verdad que la verdad. Gracias por haberme dado este lugar, gracias a la vida”, dijo como cierre de su veloz discurso.
Fueron el presidente del Festival, Fernando Juan Lima, y el director artístico, Pablo Conde, los encargados de presentar institucionalmente el Festival, en un recorrido desestructurado por las secciones y las actividades especiales. Una forma ligera y amena, que le quitó el almidón que en ocasiones tienen este tipo de ceremonias.
“Hay mucho para ver, mucho para descubrir. Esta amplitud de miradas es también lo que caracteriza al Festival”, destacó Conde a lo que Lima agregó: “Realmente estamos muy felices de darles la bienvenida, comenzamos esta edición invocando a nuestro siempre presente Leonardo Favio, y es un orgullo contar con la presencia de Graciela Borges”.
También participó el vicepresidente en ejercicio de la Presidencia del INCAA, Nicolás Batlle, quien presentó un spot de celebración por los 65 años del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales, y destacó que el Instituto apoya actualmente a 140 festivales nacionales en todo el país y forma profesionales audiovisuales en todas sus regiones a través de las sedes de la ENERC. Precisamente, este viernes en Mar del Plata se inaugurará una sede especializada en animación digital.
Llamó la atención no obstante la ausencia de autoridades municipales, aunque resta ver cómo quedaron las relaciones luego del compromiso tomado el año pasado por la Municipalidad y cumplido, dicen por los pasillos, un poco a medias. De todos modos el “color” local del encuentro lo dieron tres concejales que entregaron la protocolar Declaración de Interés Cultural del Concejo Deliberante.
Tanto la presidente del Instituto Cultural de la provincia de Buenos Aires, Florencia Saintout, como la directora ejecutiva de ANSES, Fernanda Raverta (que no pierde la oportunidad de poner la cara en eventos que le permitan posicionar sus intenciones de ser intendente de la ciudad), ofrecieron discursos bienintencionados sobre lo positivo que resultan los hechos culturales y la importancia para la sociedad.
El broche de oro lo puso el ministro de Cultura de la Nación, Tristán Bauer, quien cerró el acto recordando a Leonardo Favio con una larga cita y confundiendo lo político con lo partidario, algo que es habitual en su proceder como funcionario. Al igual que en la presentación del Festival hecha hace dos semanas en el CCK, y al referirse a la votación legislativa de la ley que busca extender los aportes del Estado a la cultura, el ministro no termina de comprender que es parte de una gestión y parece mirar desde la vereda de enfrente la inacción de su gobierno.
Pero afortunadamente el cine nos salva, y Sin aliento, de Godard, fue la encargada de cerrar la noche con su aire desprejuiciado y juvenil, rompiendo desde 1960 varios esquemas cinematográficos. Una película que sintetiza dos de los valores fundamentales de los festivales: la búsqueda estética y la experimentación, y la recuperación de la historia del cine. Hasta el 13 de noviembre habrá programación para todos los gustos.
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