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Ozark – Temporada 4: segunda parte

Por Rodrigo Seijas

(@rodma28)

En esa carrera frenética que emprendió el matrimonio Byrde por sobrevivir y al mismo tiempo triunfar sobre cualquier enemigo -que incluso antes pudo ser aliado- que se les cruce en el camino, Ozark eligió un final que, dependiendo del cristal con que se lo mire, es arriesgado y facilista a la vez. Arriesgado al esquivar el esquema de castigo/tragedia de Breaking bad o El Padrino, eligiendo un recorrido donde la maldad y criminalidad tienen su premio a pesar de las dificultades y/o miserias. Facilista al abordar el verdadero conflicto central de la última temporada, que es la chance de disolución del núcleo familiar, escogiendo una salida donde algunas resoluciones son excesivamente simples y dejan demasiados cabos sueltos. Hubo, es cierto, unas cuantas instancias de bienvenida ambigüedad en estos siete capítulos finales, que incluso introdujeron situaciones donde Marty (Jason Bateman) y Wendy (Laura Linney) lucieron acorralados e incluso desconcertados, casi sin respuestas. En particular a través del accionar de Ruth Langmore (Julia Garner), cuyas decisiones mostraron un deseo por salir del universo ilegal -a pesar de la brutalidad que exhibe en el primer episodio, The Cousin of Death-, aunque la vía que elige sea más una legitimación social que una redención ética y moral, un último intento de escape que no es tan escape, sino un reposicionamiento eventualmente infructuoso. Eso también sucede a partir del arribo a la ciudad de Nathan Davis (Richard Thomas), el padre de Wendy, que busca respuestas sobre la desaparición de su hijo, pero que también se propone luego disputar la custodia de sus nietos, lo cual revive viejos rencores con Wendy y potencia varios choques afectivos. Pero, además, la serie permite el regreso de viejos rostros como los de Rachel (Jordana Spiro) y Darren Goldstein (Charles Wilkes), que se constituyen en fuerzas disruptivas alentadas por la necesidad de saldar cuentas. Todo esto en el marco de la lucha de poderes y liderazgos que se entabla dentro del cartel Navarro, donde surge un personaje más que interesante como es el de Camila Elizonndro (Verónica Falcón), que se mostrará como alguien vengativa y a la vez calculadora, tan despiadada como fríamente pensante. En toda esa sucesión de tramas y subtramas, Marty y Wendy serán nuevamente equilibristas que tratan de lidiar con todos sin descuidar sus propios intereses y, al mismo tiempo, procurando superar sus propios tormentos personales. Allí es donde el primero adquiere un desarrollo más aceitado, no tanto por sus decisiones, sino por sus indecisiones, por la frustración que acarrea a partir de sentir que, arrastrado por Wendy, no es decisor de su propio destino, sino rehén de las circunstancias, aunque deba hacerse cargo de su dosis de responsabilidad. En cambio, la segunda emprende un camino sinuoso y ambivalente, no del todo coherente y que por momentos la hace coquetear peligrosamente con el patetismo y la arbitrariedad. Sin embargo, como dijimos antes, el foco conflictivo principal es el familiar, la relación de Marty y Wendy con sus hijos, esa familia que amenaza con estallar en mil pedazos, pagando los costos de las ambiciones de los padres y los caprichos de los hijos, aunque la serie prefiere elegir una resolución donde los cuatro, en cierta forma, se convierten en socios y hasta cómplices. En el reparto de premios y castigos, de ganadores y perdedores, que diseña Ozark para el último episodio, A hard way to go, hay una dosis relevante de polémica que no deja de ser saludable, aunque al mismo tiempo roce el cancherismo y la incoherencia. La última escena, que amaga con dejar a Marty y Wendy en un callejón sin salida, finalmente restaura una armonía frágil, pero armonía al fin, que igualmente deja dudas sobre su pertinencia en relación con la estructura narrativa que se vio previamente. Más que los protagonistas, es la propia serie la que paga algunos costos importantes para arribar a la clausura que se propone como meta.

-Los siete episodios de la segunda parte de la cuarta y última temporada de Ozark están disponibles en Netflix.


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