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West Pop



Por Nicolás Pratto

(@Malditavocal)

Parte de que Hollywood sea uno de los principales centros de entretenimiento, es saber renovar su plantilla de star system (la calidad del mismo es otro asunto). No solo dentro del cine, sino atrayendo celebridades de otras ramas como la música (Sting, David Bowie, Ice Cube), deportes (Terry Crew, Carl Weathers, Shaquille O’Neal) y hoy en día de las redes sociales (no me quiero ensuciar los dedos nombrando influencers). En su período clásico también estaban aquellas “academias de talentos” para construir a la siguiente Judy Garland. Lo cierto es que pareciera que la cámara y los flashes saben de por sí quién está hecho para la grandeza y sobrevivir a ella. En el western encontramos a dos verdaderos íconos pop, no me refiero a John Wayne, Kirk Douglas y compañía, no; dos estrellas que, en su momento de fama y gloria, cabalgaron en el género: Elvis Presley y Marilyn Monroe.

Flaming Star (1960)

La relación de Hollywood con artistas de la música resulta cercana, después de todo, gran parte de las disqueras pertenecían a los estudios, haciendo películas a modo de publicidad, previo a los videoclips. Las de Elvis tienen un abc sencillo en la mayoría de los casos: el chico rebelde, una autoridad contra quien rebelarse, la chica en cuestión y diversas situaciones para que “El Rey” haga muestra de su repertorio. Digo en su mayoría porque de sus 31 películas, en dos fue dirigido por enormes directores que supieron ver más allá del ícono: Michael Curtiz en King Creole (1958) y Don Siegel en Flaming Star (1960).

Un western sobre el conflicto entre pioneros y nativos americanos por el poder del territorio, y una familia de rancheros en cuestión, donde la esposa del terrateniente es india kiowa, y que a su vez tiene un hijo mestizo (Elvis). Ambos bandos presionarán para que tomen un lugar en la guerra que se avecina. Estamos frente a su mejor película, donde nos olvidamos del músico y vemos al buen actor que puede ser, en las manos correctas. Un personaje noble e intrépido, pero movido y cegado por los sentimientos, llevándolo a la tragedia de la gente que en realidad quiere salvar. Teniendo una historia de amor en paralelo con una joven interpretada por nada más y nada menos que Dolores del Río.

Por su parte vemos a un Don Siegel que al igual que hizo años atrás en La invasión de los usurpadores de cuerpos (1956) revisita la paranoia que puede tener la “civilización” y, además, las artimañas que pueden realizar para justificar sus actos. Recordemos que estábamos en pleno período de sentimiento anti-comunista y caza de brujas, cuyas antorchas estaban cerca porque el guionista de Flaming Star era Nunnally Johnson, más conocido por participar en Viñas de ira.

Parte del valor del film es saber apoyarse en una sólida historia y que no solo se sostiene en su protagonista. Elvis no es el nuevo chico en la ciudad o el joven ambicioso que busca el estrellato como en Girls! Girls! Girls! Tiene una familia, responde a ella, luchará con su rebeldía por defenderla y por lo que cree justo.

The Misfits (1961)

Marilyn Monroe fue una pésima actriz, me sostengo en lo que ha comentado Billy Wilder sobre lo imposible que era hacer una toma con ella, lo desconcentrada que podía estar ante un solo diálogo. Pero al igual que Elvis, con Marilyn ¿a quién le interesa verlos en otros roles? Cortamos boletos para sentirnos cerca de ellos, tal es así que su look no dista tanto entre películas. Marilyn hacía de Marilyn y era perfecta, porque solo ella podía hacerlo entre tanta imitación. Sería como pedirle al 10 que juegue de 6. Su corta carrera puede ostentar haber pasado por enormes directores como Billy Wilder, Howard Hawks, Fritz Lang, Otto Preminger, Joseph Mankiewicz y el que invocamos en esta oportunidad: John Huston.

The Misfits no es un western, pero involucra vaqueros, en la actualidad de los 60’s, Marilyn es una recién divorciada que por casualidad conoce a un grupo de amigos que tienen una casa en las afueras de la ciudad, motivo por el cual se establecerá a priori, para descansar, y luego relacionándose con un “neo-vaquero” interpretado por Clark Gable en el ocaso (terminado el rodaje, fallece). El resto del cast lo componen Elli Wallach, Thelma Ritter y Montgomery Clift, con los que visitarán diversas actividades de la zona como rodeos, emborracharse y disparar… this is america.

No la considero de las mejores obras de Huston, aunque así se recuerde; se encuentra en un período donde lo clásico se empieza a cuestionar mediante esa corriente de Elia Kazan e intérpretes cuyos personajes son conflictivos y “sienten”, aspecto desarrollado en Monroe. Estamos frente a su película más personal, ironía que haya sido la última, en parte se entiende porque el guionista es Arthur Miller, pareja del ícono por aquel entonces.

No vemos a la Marilyn despampanante de Los caballeros las prefieren rubias o La comezón del séptimo año, en The Misfits tiene ese encanto intacto, pero es un personaje que huye, de una relación, de los hombres, de la ciudad, que cuando se establece empiezan los conflictos. Diálogo más acertado no podría existir como el que tiene junto a Clark Gable:

-¿Por qué estás tan triste? Creo que eres la chica más triste que he conocido.

-Eres el primer hombre que me lo dice. Suelen decirme que soy muy alegre.

-Es porque haces feliz a los hombres.

Otro conflicto encontramos en el rol de Clift, joven promesa del rodeo cuyos vicios lo estancan, teniendo que ganarse la vida como cazador. He aquí un aspecto interesante de la obra, y que podría ser revisitado por ese progresismo actual que se encarga de juzgar sin ver las películas. Tanto Clift como Monroe se inquietan por cumplir ciertos roles establecidos, ella al ser consultada por ser madre, y a su vez al presenciar la caza de animales por mero entretenimiento o trabajo. Inquietud que comparte con Clift al no sentirse desarrollado en su rol como “vaquero”, cuando este parte rumbo a cazar. Mismo debate interno tuvo en 1948 en Red River de Howard Hawks.

El film de John Huston no logra aprovechar del todo el buen cast, pero al igual que en aquellos partidos donde no es el mejor día, la 10 te puede definir el encuentro. Si el cine es una cuestión de imagen, entre tantos aspectos, con Marilyn en la plantilla, se puede jugar mal y ganar de todos modos.

AGUANTE ESE BILARDISMO, MEX FALIERO. GANAR, GANAR, GANAR.


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