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Funcinema

The mentalist – 7 temporadas

Por Rodrigo Seijas

(@rodma28)

La semana pasada, hablábamos acá y acá sobre el estado de situación de la televisión abierta local y el contraste abismal que se daba cuando se la comparaba con producciones de otros orígenes. Rever las siete temporadas (o cualquier capítulo suelto) de The mentalist refuerza esa sensación, en este caso particular cuando la comparación es con el contenido de la televisión abierta estadounidense. Emitida originalmente entre el 2008 y el 2015 en la CBS, funciona esencialmente como típico procedural, es decir, una serie centrada en profesionales de una disciplina determinada (en este caso, la policial), con la habitual estructura de “caso de la semana”. En la creación de Bruno Heller tenemos entonces a Patrick Jane (un perfecto Simon Baker), un famoso «psíquico» que revela al mundo que es un farsante y comienza a trabajar como consultor para la Oficina de Investigación de California. Su objetivo final es encontrar a Red John, un asesino en serie que mató a su esposa e hija, aunque claro, no puede evitar demostrar -y demostrarse- que es alguien con una notable capacidad para detectar esa clase de detalles vitales para resolver casos de gran complejidad. Es así que la serie se estructura en esa confluencia entre relatos individuales, que se resuelven en el transcurso de un capítulo, con un enigma específico a resolver; y la gran historia de fondo, que termina abarcando varias temporadas, que es esa búsqueda obsesiva de Red John. Allí la narración demuestra una gran habilidad para delinear un antagonista tan siniestro como elusivo, que tiene múltiples rostros (a partir de la cantidad de sospechosos) y a la vez ninguno, una presencia tan abismal como cercana para Jane. Sin embargo, el mérito principal no está tanto en las tramas y subtramas -que permiten, por ejemplo, con un gran cierre para la tercera temporada con el doble episodio titulado Strawberries and cream-, sino en el diseño de los personajes. Y no estamos hablando solo de Jane, que puede ser tan irritante como adorable, a partir de un aire pedante que va a la par de su inteligencia y que muchas veces es un disfraz de unas cuantas inseguridades. También de todo el equipo de detectives que lo rodea: Teresa Lisbon (Robin Tunney), la jefa de la unidad, con la que Jane entabla un vínculo donde siempre está latente la tensión romántica; Kimball Cho (Tim Kang), un profesional imperturbable y honesto a más no poder; Wayne Rigsby (Owain Yeoman) y Grace Van Pelt (Amanda Righetti), lo más jóvenes y un tanto ingenuos; y hasta Jason Wylie (Joe Adler), que es un freak absoluto. Son todos ellos los que capturan realmente la atención del espectador y los que convierten a The mentalist en una experiencia adictiva -se pueden ver varios episodios seguidos sin despeinarse- y a la vez en un refugio seguro cuando no se sabe bien qué ver. Al igual que La ley y el orden: Unidad de Víctimas Especiales, Criminal minds o la franquicia de NCIS -por mencionar un par de ejemplos-, estamos ante una serie que no busca de forma deliberada el prestigio, sino entretener de forma consistente, sin muchas vueltas y con armas nobles. Y que, a pesar de haber finalizado en el 2015, todavía se muestra vigente, como un pequeño clásico contemporáneo, de esos que todo público televisivo necesita.

-Las siete temporadas de The mentalist están disponibles en Amazon Prime Video. La serie también se emite en la señal de cable TNT Series, en horarios rotativos.

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