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Funcinema

Un festival de cine de comedia en medio de la incertidumbre

Por Rodrigo Seijas

(@rodma28)

Para el 2019, ya habíamos llegado a la sexta edición del Festival Internacional de Cine de Comedia FUNCINEMA, con el evento plenamente consolidado: no solo porque ya tenía un piso promedio de espectadores y un reconocimiento dentro de la agenda cultural marplatense, sino también porque su estructura y dinámica organizativa estaba bastante aceitada. Había cosas para mejorar, potencialidades a explotar y desafíos por delante, pero también una base potente y clara sobre la que trabajar. Sin embargo, en el 2020 llegó la pandemia del coronavirus y, con ella, una larga cuarentena, toda una serie de restricciones que todavía hoy (a más de un año y medio de iniciado ese proceso) continúan vigentes. El año pasado, la organización esperó hasta último momento, pero finalmente se decidió suspender la edición que se iba a realizar, como siempre, en septiembre en el Museo Mar. Finalmente, este sábado retorna el Festival, aunque las circunstancias son extremadamente desafiantes, tanto o más que en la primera edición, cuando no teníamos ni idea de cómo iba a responder el público a la propuesta. En vez de ser cuatro días seguidos en la tercera semana del mes, ahora las proyecciones tendrán lugar los sábados y domingos a lo largo de septiembre, excepto el domingo 12, ya que se realizan las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO). Además, la cantidad de funciones se reducirá y, por ende, la cantidad de películas programadas: con 54 producciones, estamos hablando de la mitad de lo que se seleccionaba habitual. Asimismo, se retorna al formato de muestra no competitiva, ya que no habrá competencias de cortometrajes. Todo esto en un contexto de enorme incertidumbre, con varias preguntas latentes: ¿cómo responderá el público a una actividad presencial y con diversos protocolos, luego de más de un año y medio de hábitos domésticos, en los que las plataformas fueron la principal fuente de entretenimiento audiovisual? ¿Podrá el Festival recuperar a esos espectadores con los que no tuvo contacto durante prácticamente dos años? ¿Qué impacto puede tener un evento ligado a la risa en tiempos definitivamente oscuros, donde lo que dominan son las noticias y atmósferas pesimistas? ¿Los organizadores conservaremos el “músculo” que desarrollamos a lo largo del tiempo para armar el Festival luego de un tiempo largo de no usarlo plenamente? ¿Sabremos “leer” e interpelar los nuevos hábitos de las audiencias? Hay algunos interrogantes que planteo usando un “nosotros” que no estoy seguro de que me corresponda totalmente: soy la “pata porteña” de la organización, aporto con cuestiones puntuales -programación, trámites burocráticos con el INCAA- desde Buenos Aires y la mayor parte del equipo, encabezado por Mex Faliero, está en Mar del Plata, en el territorio, dando la pelea en serio. Me parece apropiado hacerme cargo de esa distancia, por más que comparta mucho de la ansiedad, los dilemas y los deseos de que salga todo lo mejor posible. El trabajo realizado hasta ahora arroja un balance sumamente positivo y la vara está alta, pero la coyuntura obliga a para un poco la pelota y contemplar el panorama sabiendo que hay muchas variables en constante cambio. Frente a la incertidumbre, nada mejor que la prueba y el error, el análisis y el aprendizaje posterior. El mundo está cambiando y hay que adaptarse. Esperemos que el Festival Internacional de Cine de Comedia FUNCINEMA pueda hacer ese proceso de adaptación sin perder su esencia, que es la del disfrute compartido.

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