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¡Hoy sí!

Título original: Yes Day
Origen: EE.UU.
Dirección: Miguel Arteta
Guión: Justin Malen, basado en el libro de Amy Krouse Rosenthal y Tom Lichtenheld
Intérpretes: Jennifer Garner, Edgar Ramírez, Jenna Ortega, Julian Lerner, Everly Carganilla, Tracie Thoms, Fortune Feimster, Nat Faxon, Arturo Castro, Hayden Szeto, Megan Stott, Alana Baer, Yimmy Yim
Fotografía: Terry Stacey
Montaje: Jay Deuby
Música: Michael Andrews
Duración: 86 minutos
Año: 2021
Plataforma: Netflix


5 puntos


LOS LÍMITES DE SER PADRES E HIJOS

Por Mex Faliero

(@mexfaliero)

Una pareja construida en base a la emoción, la aventura y las experiencias compartidas, en la que todo era un sí constante y un atreverse a lo impensado, de repente comienza a sufrir el peso de las responsabilidades y el aburguesamiento. El paso del tiempo, pero también el compromiso de formar una familia, criar y educar a los hijos. Claro, un día llegan los reproches de los chicos acerca de las conductas de papá y mamá y el conflicto estalla: él que no está demasiado presente y cuando está es amable y comprensivo hasta la exasperación, ella que luce como una ogra poniendo límites constantes. ¡Hoy sí! lo que plantea, entonces, es encontrar nuevos límites o una forma de imponer esos límites de una manera más amable. Una película que problematiza la situación de muchos padres actuales, balanceándose entre ser amigos de sus hijos o castradores de libertades. La buena noticia es que lo hace con humor; la mala es que los resultados están bastante lejos de lo deseable.

Al matrimonio (interpretado por Jennifer Garner y Edgar Ramírez) le llega a sus oídos el concepto del “Yes day”, un día que se reserva para que los padres acepten todo lo que los chicos piden. Y eso es lo que aplican en su grupo familiar, sin imaginar que sus hijos gozan de una enorme imaginación y de un nivel de producción y coordinación digno de algún productor de eventos. Así es que, imposibilitados a negarse, tienen que participar gustosamente de una serie de actividades planificadas, que van desde comer helado hasta la muerte por hipotermia hasta participar de un torneo de gente que se ataca con bombuchas. Lo que intenta la película, mientras desanda sus conflictos un poco a la ligera y sin demasiadas complejidades, es apostar al humor físico como deconstrucción de la organicidad familiar. Una ruptura con las tradiciones a puro porrazo. Pero a ¡Hoy sí! le falta el timing suficiente como para que eso funcione, como así también la maldad que siempre exhibe la comedia cuando los cuerpos entran en fricción. Todo luce como una comedia familiar demasiado lavada.

Miguel Arteta, que alguna vez compitió en Mar del Plata con su ópera prima Mapas de estrellas, es un director con un interesante derrotero por el cine independiente norteamericano (La chica de mis sueños es una joya) y desde hace un tiempo se relacionó con la comedia familiar, como lo hizo en Alexander y un día terrible, horrible, malo… ¡muy malo! (también con Garner). De ahí es que tal vez proviene su interés en este material, que tenía algunos puntos atractivos como la violencia contenida que puede explotar entre padres e hijos, pero que en la ejecución luce contenida, como intentando acomodarse en un molde de película industrial que no le haga daño a nadie. En ¡Hoy sí! el progreso dramático luce mecánico, con padres que aprenden lecciones y luego chicos que reciben su merecido por creerse más inteligentes de lo que son. Una serie de concesiones un poco bobas, un espíritu naif que podría agradecerse, pero del que desconfiamos cuando responde más que nada a un diseño cinematográfico un poco complaciente. Si hay humor físico, tiene que doler.

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