Esta comedia familiar dirigida por Miguel Arteta pretende indagar en los conflictos entre padres e hijos. Apuesta por la comedia física, pero la ejecución es pobre.
Un buen thriller, con dos buena actuaciones de Samuel L. Jackson y Luke Wilson, que crece hacia un final donde la oscuridad se apodera de los personajes.
Difícil saber qué es lo que quiso hacer Tarantino con este film, donde a pesar de los intentos de homenaje y alegatos discursivos jamás sale de la banalidad y la superficialidad.