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Funcinema

Pelea de chicas

Título original: Chick Fight
Origen: EE.UU.
Dirección: Paul Leyden
Guión: Joseph Downey, Hope Bryant
Intérpretes: Malin Akerman, Bella Thorne, Alec Baldwin, Julie Michaels, Kevin Connolly, Kevin Nash, Dominique Jackson, Fortune Feimster, Mariana Paola Vicente
Fotografía: Steven Holleran
Montaje: Kevin Armstrong
Música: Benson Taylor
Duración: 97 minutos
Año: 2020


5 puntos


UN DESTINO A LAS PIÑAS

Por Mex Faliero

(@mexfaliero)

Al igual que en El club de la pelea, en Pelea de chicas un grupo de personajes encuentra una forma de canalizar su angustia existencial en un recinto donde se practican peleas ilegales por el puro placer de agarrarse a trompadas y exorcizar a través de la sangre. Pero si la película de David Fincher, a partir  de la novela contracultural de Chuck Palahniuk, imaginaba  a esos personajes como marginales dispuestos a subvertir el sistema desde adentro, en esta comedia de Paul Leyden hay algo mucho más amable desde lo discursivo, y especialmente menos ambicioso en términos políticos, más allá de sus necesarias sentencias feministas para anotarse en la agenda y soplar con los vientos de su época. De todos modos, la idea de encontrar un destino personal a través de la catarsis física y la explosión violenta me sigue resultando igual de incómoda que con la espantosa El club de la pelea.

Anna (Malin Akerman) es la protagonista, una mujer sin rumbo aparente y con fracasos sentimentales y económicos a cuestas, que por invitación de una amiga policía termina insertándose en aquel club nocturno de lucha a donde concurren mujeres. Pero en el lugar, Anna descubre que hay motivos personales por los que la invitaron -que no revelaremos aquí-, que la conectan emocionalmente y la obligan a comprometerse con la empresa. Tanto se compromete, que termina retando en un combate a la principal luchadora (Bella Thorne). A partir de ese momento ingresa en la trama el principal elemento de esta película, lo que le da una identidad y una excusa narrativa: se convierte, con sus bemoles, en una película deportiva. Anna tendrá que ser entrenada en tiempo récord y para eso acude a un supuesto especialista, interpretado por el gran Alec Baldwin en plan borrachín impresentable. Pelea de chicas incorpora todo el proceso de entrenamiento, los consejos de entrenador a discípulo, los aprendizajes que la conducta deportiva arrastra y las emociones alejadas de la aparente impronta aleccionadora del comienzo.

Si bien Pelea de chicas juega con algunos elementos trascendentes, siempre logra volverlos entre caricaturescos o materia prima para el humor. El problema, claro, es que en la mayoría de los casos el humor es de vuelo bajo, con algunos chistes sexuales un poco vergonzosos y personajes que no dejan de ser conceptos previsibles o estereotipos sin mayores dimensiones. El que sostiene cierta dignidad es el gran Baldwin, que aporta la rugosidad de su personaje y hace de cada escena en la que aparece un juego entre lo cínico y lo sensible, un despojo de humanidad de un tipo que parece haber sido expulsado del sistema y apenas le queda permanecer y prestar su saber a quién lo quiera escuchar. En el fondo da la impresión que Leyden tenía una historia y personajes mucho más interesantes de lo que resulta esta película un tanto mediocre.

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