Por Patricio Beltrami
Este artículo contiene spoilers del capítulo 3 de WandaVision.
Los setentas y sus colores llegaron a WandaVision, pero finalmente la recreación de época no fue el factor fundamental de la sitcom. En esta oportunidad, Wanda Maximoff (Elizabeth Olsen) y Vision (Paul Bettany) continúan intentando integrarse a la comunidad de Westview como una pareja normal. Sin embargo, el embarazo de Wanda, revelado en los últimos minutos del anterior episodio, marca los tiempos y el rumbo del capítulo. Como había sucedido anteriormente, en este caso la serie recrea la estética (vestuarios, escenarios, publicidad), las estructuras narrativas y la configuración de pantalla de las sitcom de la década del 70 tomando como referencia a The Brady Bunch. De esta manera, la apertura, con nueva canción original incluida, homenajea a la popular comedia familiar estadounidense, nuevamente con una impecable banda sonora. Sin embargo, a diferencia de los primeros dos episodios de la temporada, la temática de época queda limitada al marco del envío. Precisamente, esta decisión obedece al gran acontecimiento del capítulo: el embarazo. Al tratarse de una gestación anormal, sorpresiva y acelerada, la pareja decide mantenerla en secreto, por lo que Wanda permanece en el interior de su hogar. A raíz de ello, el 90% de la acción trascurre en la casa. Si bien la historia avanza en base a escenas de comedia vinculadas a la desestabilización de los poderes de Wanda a causa del embarazo y del parto (con referencias a películas de terror de la década), es cierto que pierde la frescura que hasta el momento le habían aportado los personajes de reparto. En ese sentido, se extraña (mucho) a Agnes (Kathryn Hahn), cuya breve (y desconcertante) aparición en los últimos minutos del episodio dejan al espectador algo insatisfecho. En contraposición, la serie gradualmente comienza a darle más espacio a los misterios que existen detrás de la extraña realidad en la que habitan Wanda y Vision. De esta manera, un planteo de Vision acerca de las incongruencias en Westview termina borrado sobre la marcha y, súbitamente, queda reemplazado por una escena que trascurre a pura ternura y amor. Justamente, no es la primera edición de un fragmento de esta realidad, ya que en el segundo capítulo se había rebobinado una situación que ponía en jaque la nueva vida de la pareja de superhéroes. Y los últimos minutos contienen simultáneamente los momentos de mayor tensión. Por una parte, Agnes y Herb (David Payton) interpelan a Vision sobre la presencia de Geraldine (Teyonah Parris) en su casa y le siembran dudas sobre la llegada de la nueva vecina y la realidad de Westview. En simultáneo, una conversación entre Wanda y Geraldine deriva en un conflicto (con una serie de explícitas alusiones al Universo Cinematográfico Marvel) y, en consecuencia, la revelación sobre uno de los misterios más importantes de la serie. De esta manera, el último plano aclara algunas de las incógnitas que se habían planteado hasta el momento. En este orden, los hechos que se desencadenaron al final del episodio abren la puerta para sumar nuevos personajes a las realidades de WandaVision. Más allá de la impactante conclusión, Now in color representó un paso atrás en relación a los primeros dos episodios. Está claro que los superhéroes son el corazón de la historia, pero también quedó en evidencia que la riqueza de la serie está apuntalada en la reversión de las sitcoms de época, en las desventuras por encajar en la comunidad y, finalmente, en el desequilibrio que Agnes le aporta ante los sueños mundanos de Wanda.