Título original: Between earth and sky
Origen: EE.UU.
Dirección: Veena Sud
Guión: Veena Sud, basada en el guion escrito por Marcus Seibert y Sebastian Ko
Intérpretes: Peter Sarsgaard, Mireille Enos, Joey King, Cas Anvar, Patti Kim, Nicholas Lea, Devery Jacobs, Dani Kind, Alan Van Sprang, Rodrigo Fernandez-Stoll, Vesper Rusk, Skyla Fowler, Kate Carlin
Fotografía: Peter Wunstorf
Montaje: Philip Fowler
Música: Tamar-kali
Duración: 97 minutos
Año: 2018
4 puntos
LA MENTIRA ES LA PELÍCULA
Por Marcos Ojea
The lie es la primera entrega de Welcome to the Blumhouse, una antología de ocho películas de terror producidas en conjunto por Blumhouse y Amazon Studios, y destinadas al servicio de streaming. Con realizadores emergentes y presupuestos discretos, la apuesta continúa la lógica de producción característica de Jason Blum, que en el pasado reciente tuvo éxitos como Actividad paranormal, Insidious, La purga y ¡Huye! (entre muchos otros) y que consolidó a directores hoy celebrados como James Wan, Mike Flanagan o Scott Derrickson. En verdad, The lie fue filmada en 2018 y presentada ese mismo año en el Festival de Toronto, pero no tuvo distribución hasta que fue adquirida por Amazon. Viendo los resultados, quizás este destino televisivo haya beneficiado a una producción con pocos atributos para competir en las salas.
Escrita y dirigida por Veena Sud (showrunner de la serie The killing), The lie es una remake del film alemán Wir monster, de 2015, y cuenta los intentos de Jay (Peter Sarsgaard) y Rebecca (Mireille Enos), padres divorciados, por encubrir un asesinato cometido por Kayla (Joey King), su hija adolescente. Para encuadrar esta intriga moral, la película apuesta por una superficie fría y distante, que se traslada de los nevados bosques canadienses (donde, fuera de cámara, Kayla tira de un puente a su mejor amiga) hasta la decoración obsesivamente blanca de la casa de Rebecca, que servirá de escenario para gran parte del relato.
Quizás no sea justo desechar The lie por no ser una película de terror (aunque presentarla como tal sea un poco tramposo, más teniendo en cuenta las características del ciclo al que pertenece), pero sí por lo que es: un thriller rutinario y mediocre, que ni siquiera posee un espíritu clase B que lo salve de la solemnidad. La ex pareja que interpretan Sarsgaard y Enos es un compendio de lugares comunes del divorcio, de la misma manera que el personaje de Joey King va llenando cada ítem del decálogo de la adolescente perturbada en el cine. El guion de Sud, por su parte, no solo es básico en sus mecanismos, si no que fuerza todo el tiempo a que sus personajes hagan cosas inverosímiles para que la trama avance. Lo que podría ser moralmente complejo (el crimen confeso, pero también la necesidad de los padres de proteger a su hija) se vuelve tedioso y fácil de decidir para el espectador: no hay manera de sentir empatía por ninguno de los tres, consecuentes en tomar siempre la peor decisión posible.
Hacia el final, una vuelta de tuerca opera por partida doble. Por un lado, cumple como inesperada y sorpresiva. Por el otro, nos obliga a llevar la vista hacia atrás, y a darnos cuenta de que nada tiene sentido. ¿En la vida? Tal vez, pero puntualmente en las actitudes de los protagonistas. Somos testigos de cómo las pretensiones del guion van devorando cualquier posibilidad de entretenimiento, convirtiendo las acciones en excusas para decir algo que nunca se termina de decir. Para peor, apoyando la resolución en la irracionalidad de un personaje. No hay explicación. ¿Por qué hizo eso? No lo sabemos, pero sí sabemos por qué lo hizo la directora: para que su historia pueda avanzar. Una pereza que da como resultado un film intrascendente, que no llega a enojar pero al que es mejor evitar. Un arranque desfavorable para un ciclo que, veremos, todavía puede salvarse. The lie, por lo pronto, no es más que una mentira.