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Funcinema

Away – Temporada 1

Por Rodrigo Seijas

(@funcinemamdq)

El espacio exterior viene recobrando cierto atractivo, principalmente a partir del éxito de Misión rescate, ahora con Marte como horizonte a alcanzar. En esa línea se inscribe el estreno de Away, con Hilary Swank como Emma Green, una astronauta estadounidense que encabeza la primera misión para llevar humanos al suelo marciano, liderando un equipo integrado también por el Misha Popov (Mark Ivanir), la china Lu Wang (Vivian Wu), el indio Ram Arya (Ray Panthaki) y el británico-ghanés Kwesi Weisberg-Abban (Ato Essandoh). Los cinco parecen conformar el ideal de la globalización, pero también reflejan las tensiones existentes en un mundo agitado, no solo por las diferencias -más profesionales que culturales- que surgen entre ellos, sino también por las complejas historias de vida que arrastra cada uno de ellos. Sin embargo, a pesar de su apuesta a cierta estructura coral, la serie creada por Andrew Hinderaker (cuyos créditos incluyen Pure genius y Penny Dreadful) no deja de tomar como centro a Emma y lo que deja atrás: más precisamente a su marido, Matt Logan (Josh Charles), un astronauta frustrado y operador en la NASA, y su hija Alexis (Talitha Eliana Bateman), que recién está ingresando en la adolescencia y va a tener que pasar tres años alejada de su madre. Esa situación se agrava cuando Matt es afectado por un severo problema de salud, lo cual introduce dudas e incertidumbres en todos los frentes. Con este despliegue de conflictos, Away no introduce elementos particularmente originales y va por carriles relativamente esperables dentro de lo que es el drama familiar y matrimonial, la exploración de cada personaje -las reminiscencias a Lost son inevitables-, la aventura espacial y las lecturas políticas. Pero esperable no es necesariamente previsible y hay que admitir que el relato -a partir de la consciencia de las herramientas que maneja- mantiene un nivel de suspenso importante, además de delinear personajes lo suficientemente atractivos. La serie logra hilvanar un verosímil sólido, que incluso le permite salvar algunos baches narrativos y hacer creíble una misión que, cuando el espectador se pone a pensarla mínimamente, es mucho más accidentada que la del Apolo 13. Y, de paso, lograr el objetivo de máxima, que pasa por lo emocional: es difícil no conmoverse en varios pasajes de los últimos episodios, cuando los protagonistas encaran la última parte de la odisea rumbo al planeta rojo. A futuro, Away cuenta con una ventaja importante, que es la de contar con un plan claro de tres temporadas: si la primera correspondió al viaje a Marte, la segunda sería sobre la estadía anual en territorio marciano y la tercera se centraría en la vuelta a la Tierra. Si no hay cambios antojadizos y arbitrarios -en particular con las subtramas terrenales y no tanto las espaciales-, lo que queda del camino puede llegar a ser más que interesante.

–La primera temporada de Away se encuentra en Netflix. No hay segunda temporada confirmada.

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