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Festival de la Canción de Eurovisión: La historia de Fire Saga

Título original: Eurovision Song Contest: The Story of Fire Saga
Origen: EE.UU.
Dirección: David Dobkin
Guión: Will Ferrell, Andrew Steele
Intérpretes: Rachel McAdams, Will Ferrell, Pierce Brosnan, Demi Lovato, Dan Stevens, Jamie Demetriou, Natasia Demetriou, Ólafur Darri Ólafsson, Melissanthi Mahut, Jóhannes Haukur Jóhannesson
Fotografía: Danny Cohen
Diseño de producción: Paul Inglis
Música: Atli Örvarsson
Duración: 123 minutos
Año: 2020


8 puntos


GRANDES ÉXITOS DE WILL FERRELL

Por Mex Faliero

(@mexfaliero)

No es fácil de hacer lo que plantea Festival de la Canción de Eurovisión: La historia de Fire Saga. Más que de hacer, no es fácil de llevar a buen puerto: una comedia que parodie un objeto claramente identificable -en este caso ese tesoro cultural europeo que es el Festival de Eurovisión- pero sin dejar de lado el cariño por aquello de lo que se está burlando. En ese movimiento la película puede expulsar a un público determinado que, haciendo la ecuación Will Ferrell + universo kitsch, busque solo la burla y el regodeo en el patetismo. Claro que lo patético está siempre presente en la comedia ferrelliana, ya que sus personajes se construyen a partir de una visión ridícula de los sueños que los alimentan (en este caso el islandés Lars Erickssong y su deseo de ganar aquel concurso de la canción), pero la particularidad que presenta esta película de David Dobkin es que además de una comedia con el sello Ferrell y una parodia de algo tan particularmente desaforado como Eurovisión, también tiene que ser relato de amor y emoción a partir de la relación sentimental que se va dando entre Lars y su compañera Sigrit Ericksdottir (Rachel McAdams). Con sus desniveles, pero con chistes perfectos, Festival de la Canción de Eurovisión: La historia de Fire Saga lo logra apostando por una felicidad a prueba de todo y absolutamente absurda, o simplemente como reza el éxito de los Fire Saga: “Jaja ding dong”.

Como en muchas de las comedias de Adam Sandler (de hecho esta parece la película más sandleriana de Will Ferrell), el origen de las obsesiones es la infancia, como lo muestra el prólogo con el pequeño Lars bailando al ritmo de ABBA. También el combustible que lo moviliza: vencer el prejuicio del entorno, especialmente el desprecio de su padre (Pierce Brosnan), un pescador que ve con horror la fascinación de su hijo por el baile y la canción. Claro que en Ferrell hay una sofisticación mayor no solo a la hora de pensar la comedia, sino también el gag y su construcción: por ejemplo, hay aquí toda una subtrama relacionada con los elfos que se resuelve de la manera más increíble y delirante que se pueda imaginar; toda una declaración de principios sobre el sinsentido del humor del comediante. Es interesante ver cómo sus películas siempre se piensan a partir de un universo bien definido y se lo vuelve un concepto moldeado y tallado por la comedia más imprevisible: puede ser un concurso de patinaje sobre hielo, el detrás de escena de los noticieros televisivos de los 70’s o el mundo tuerca del Nascar. Si bien es cierto que las dos horas que dura Eurovisión… llevan a que las invenciones cómicas parezcan un poco esporádicas, no deja de ser coherente con cierto derrotero irregular que tienen siempre las comedias de Ferrell, desviándose y volviendo al centro del relato cuando es necesario, algo que es propio del absurdo y el nonsense. Si hasta en cierto sentido es como si la película misma fuera la lucha de Lars (el humor absurdo) por convencer a su padre (el relato tradicional de personaje que quiere cumplir sus sueños) de que puede ser otra cosa. Del tironeo sale algo improbable hasta ahora: la película más multitarget de Will Ferrell.

Si en Festival de la Canción de Eurovisión: La historia de Fire Saga hay por momentos algo errático (convengamos, Dobkin no es Adam McKay, aunque tiene una gran comedia como Los rompebodas), Ferrell y su coequiper en la escritura Andrew Steele (guionista de las border Casa de mi padre y A deadly adoption) se encargan de construir situaciones que nos convocan a la risa imprevista, cuando no a la carcajada como en aquel número musical donde Lars se pone a correr adentro de una rueda gigante. Así es como la película se convierte en una suerte de grandes éxitos de la carrera de Ferrell, con dejos conceptuales de Casa de mi padre y Patinando a la gloria, pero también construcciones alrededor del humor típicas de Semi-Pro o El reportero. Y a todo esto, Festival de la Canción de Eurovisión: La historia de Fire Saga le suma una recreación bellísima del concurso, números musicales estupendos (hay un medley donde todos cantan que es realmente hermoso), personajes queribles (hasta el villano de Dan Stevens lo es), canciones y melodías que se pegan irremediablemente y un coprotagonismo de McAdams que no intenta interponerse ante el estilo exuberante de comedia de Ferrell pero que tiene las cualidades suficientes para hacer vibrar la parte emotiva del relato. Festival de la Canción de Eurovisión: La historia de Fire Saga es una gran noticia no solo porque es una gran comedia, sino porque luego de algunos pasos irregulares nos devuelve un Will Ferrell en estado de gracia.

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