La nueva comedia con Will Ferrell es una regreso del actor a sus mejores épocas, una parodia que busca homenajear con cariño antes que regodearse en el patetismo.
El cierre de la saga de Dreamworks está un escalón debajo de sus antecesoras, pero igualmente la película tiene varios pasajes donde brilla visual y narrativamente.
Esta secuela despliega una multiplicidad de conflictos y personajes, pero su autorreferencialidad le termina jugando en contra, obturando las potencialidades del mundo en que se inscribe.