Título original: Goosebumps 2: Haunted Halloween
Origen: EE.UU.
Dirección: Ari Sandel
Guión: Rob Lieber, basados en los libros de R.L. Stine
Intérpretes: Wendi McLendon-Covey, Madison Iseman, Jeremy Ray Taylor, Caleel Harris, Ken Jeong, Chris Parnell, Bryce Cass, Peyton Wich, Shari Headley, Christian Finlayson, Sydney Bullock, Kendrick Cross, Deja Dee, Jack Black, Mick Wingert
Fotografía: Barry Peterson
Montaje: Keith Brachmann, David Rennie
Música: Dominic Lewis
Duración: 90 minutos
Año: 2018
4 puntos
IMAGINACIÓN LIMITADA
Por Rodrigo Seijas
La primera entrega de Escalofríos era una película bastante atendible, que sabía leer buena parte del imaginario creado por la saga literaria de R.L. Stine y aplicarlo al espectro cinematográfico con fluidez, con un relato donde la autoconsciencia del material original era productiva y no meramente reproductiva. El resultado era un film que poseía ligeros pero pertinentes toques de suspenso y terror, aunque en esencia era una aventura familiar fantástica, con personajes bien diseñados y un Jack Black como la perfecta encarnación de Stine.
Por lo que había generado la primera parte era que se podían tener expectativas razonables con Escalofríos 2: Una noche embrujada. Sin embargo, lo que se ve es decepcionante: un film con un desarrollo argumental digno de un directo a DVD –en el peor sentido- aunque con un nivel de producción un poco más decente. Hay una especie de repetición del esquema original, con dos jóvenes amigos descubriendo un libro que le da vida a un muñeco de ventrílocuo, que a su vez tiene sus propios planes para darle rienda suelta a un conjunto de criaturas monstruosas en plena Noche de Brujas. Y si esa repetición ya implicaba riesgos de agotamiento de la fórmula, ninguno de los personajes trae algo mínimamente original o atractivo.
Durante los primeros minutos, Escalofríos 2 amaga con ser una comedia familiar decente, aprovechando lo que aportan los talentos de Wendi McLendon-Covey, Chris Parnell y Ken Jeong en roles de reparto. Sin embargo, cuando tiene que empezar a trabajar con la materialidad de la aventura, lo fantástico y lo desconocido, toma una gran cantidad de decisiones equivocadas, cayendo en arbitrariedades varias, acumulando estereotipos y recurriendo a chistes tan fáciles como poco efectivos. Además, a la puesta en escena le falta vigor, movimiento y dinamismo, con lo que la película va deshilachándose progresivamente, y ni siquiera la breve aparición de Black retomando su papel de Stine la salva.
La decepción que es Escalofríos 2 se profundiza aún más si tenemos en cuenta quién está detrás de cámara: Ari Sandel había tenido un muy buen debut con The DUFF y su siguiente film, Cuando nos conocimos, aún con sus fallas, no dejaba de ser interesante. En ambas películas el realizador había evidenciado cariño y atención por los personajes, lo que compensaba fallas narrativas o situaciones redundantes. Sin embargo, en Escalofríos 2 ese cariño no llega a aparecer en la dimensión requerida, porque todo parece hecho en piloto automático, sin imaginación ni personalidad. En consecuencia, solo queda una secuela redundante e incapaz de generar empatía, donde lo que se impone es el aburrimiento.