Título original: Idem
Origen: Reino Unido / Nueva Zelanda
Dirección: Toa Fraser
Guión: Glenn Standring
Intérpretes: Jamie Bell, Mark Strong, Abbie Cornish, Martin Shaw, Ben Turner, Emun Elliott, Aymen Hamdouchi, Ronan Vibert, Tim Downie, Colin Moy, Tim Pigott-Smith, Robert Portal, Brady Powell
Fotografía: Aaron Morton
Montaje: John Gilbert, Dan Kircher
Música: Lachlan Anderson
Duración: 94 minutos
Año: 2017
7 puntos
GUERRA DE NERVIOS
Por Rodrigo Seijas
En 1980, un grupo de hombres armados irrumpió en la embajada iraní en Londres, tomando una gran cantidad de rehenes y presentando una serie de demandas, bajo la amenaza de matar a todas las personas que tenían secuestradas. 6 days cuenta lo que sucedió en los seis días posteriores al evento disparador, con los nefastos hechos de las Olimpíadas de Munich de 1972 como antecedente sombrío y aún cercano.
No hay enormes méritos en 6 days, pero sí la inteligencia suficiente como para plantear toda la narración en el marco del profesionalismo frente a hechos o situaciones que superan todos los protocolos preestablecidos. Tenemos la negociación in situ, encabezada por un agente de la policía (el siempre sólido Mark Strong); la espera y planificación de un grupo de soldados del Servicio Aéreo Especial –uno de cuyos integrantes es interpretado por Jamie Bell- para una posible (y quizás inevitable) redada; la negociación política, que se dentro de los altos estamentos gubernamentales; la cobertura periodística, que es también otro terreno de especulaciones, silencios y certezas; y claro, el interior de la embajada, con los secuestradores demandando y aguardando, y los rehenes simplemente esperando. Esta interacción entre espacios y sujetos quizás les resta algo de desarrollo a los personajes y hasta introduce cierta dispersión, pero le sirve para conservar y hacer crecer la tensión.
Así, la película de Toa Fraser entrega algunos pasajes donde parece congelarse el tiempo, como uno que gira alrededor de la difusión de un comunicado de los secuestradores a través de la BBC. Y los minutos finales, donde esa guerra de nervios termina eventualmente estallando –literalmente- por los aires, muestran que se pueden planificar determinadas acciones, pero casi siempre es la improvisación la que termina dominando, aunque no deje de tener dosis de preparación frente a contingencias no previstas.
Es cierto que 6 days, luego de cerrar su recreación ficcional, no puede evitar referirse a los hechos (e imágenes) reales, cayendo en un patriotismo que por leve no deja de ser contraproducente. Pero eso no quita que previamente entrega un relato donde confluyen lo político, personal y profesional con un atractivo equilibrio.