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Recapitulación de The walking dead: The cell

Por Rodrigo Seijas

(@fancinemamdq)

the_walking_deadATENCIÓN: SPOILERS
No está de más decirlo: The cell es un capítulo que luce como mínimo estirado, cuya historia ameritaba media hora a lo mucho y que podría haberse narrado sin muchas dificultades intercalándose con otras tramas. Pero ya es un mal endémico de The walking dead el estiramiento de ciertas acciones y sucesos en espera de eventos mucho más importantes.

Lo que permitió The cell fue conocer la situación de Daryl, quien como prisionero de los Salvadores no la está pasando nada bien, encerrado en una celda y sometido a los juegos de poder de Negan, quien encima se da el lujo de nunca actuar directamente. No, para eso está Dwight, quien agacha la cabeza y ejecuta sus órdenes sin chistar, aunque la historia previa entre los dos no haya sido la mejor. Precisamente, el episodio se termina construyendo en mayor medida alrededor de Dwight, de los dilemas que atraviesa para protegerse a sí mismo y a los suyos, de los costos psicológicos, morales y finalmente físicos (la mitad de su cara quemada lo certifica) que paga por sus decisiones.

Pero hay algo previsible en las acciones que se muestran, que nacen probablemente de la repetición a la que recurre la narración. La secuencia de inicio, muy meritoria por su uso del montaje de imágenes y el ritmo irónico que aporta la música, ayuda a establecer rápidamente las relaciones un tanto enfermizas entre Daryl y Dwight, con Negan como eje que solo se hace visible cuando le conviene, manejando los hilos de todos los acontecimientos cual experto titiritero. Pero esa rapidez y sutileza para dejar en claro las situaciones le termina jugando en contra a The cell, que casi de principio a fin gira en el vacío, sin avanzar. Ni la firmeza que termina exhibiendo Daryl frente a las manipulaciones y amenazas de Negan y su ladero Dwight modifican mucho el panorama. De ahí que el episodio funcione esencialmente como pieza informativa: Daryl no tiene chance de escape y el único gesto de grandeza que puede tener es negarse a formar parte de los Salvadores.

En consecuencia, lo mejor que tiene para ofrecer The cell son momentos puntuales, donde la serie vuelve a demostrar su enorme potencial: el arranque antes mencionado; la utilización de la banda sonora como elemento definitivamente tortuoso; la lucha de Dwight contra unos caminantes en la ruta; y las apariciones de Jeffrey Dean Morgan como Negan, con una presencia eléctrica y avasallante, de una maldad casi pura. No hay mucho más y lo que se percibe es que toda la energía estará puesta en Service, el cuarto episodio de la temporada, donde Negan pisará por primera vez el suelo de Alexandria.

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