No estás en la home
Funcinema

Gabriela infinita


Muy Buena


VOZ ESPIRITUAL, VOZ HECHA CUERPO

Por Rodrigo Seijas

(@fancinemamdq)

gabriela_infinitaLa apuesta de María Marta Guitart en Gabriela infinita es arriesgada: es que la poesía de la ganadora del Premio Nobel Gabriela Mistral es tan visceral como insondable. Hay algo muy cercano en la poética de Mistral, pero también elementos que la hacen permanecer en un terreno que roza lo abstracto; son palabras y versos que impactan no sólo en el alma sino en el cuerpo del lector, ubicándose en dimensiones que eluden las clasificaciones convencionales a nivel estético, lingüístico, incluso temporal y espacial. Mistral habla desde un lugar que son todos los lugares, le da a la identidad femenina una entidad palpable e innegable (por ende interpelando a la mentalidad masculina y su pretensión de universalidad) y al mismo tiempo posee una espiritualidad difícil de delinear a partir de imágenes o movimientos.

Guitart sin embargo se tira a la pileta y realiza un abordaje destacable, buscando encontrar esas imágenes, acciones y elementos que le den materialidad teatral a la poética de Mistral. Se puede intuir en cada minuto de Gabriela infinita ese proceso arduo, esa búsqueda casi quirúrgica pero también necesitada de una enorme dosis de sensibilidad. En cierto modo, lo que hace Guitart es ponerse en el lugar de Mistral, aproximarse a lo debería haber sentido la poeta al momento de escribir. Al fin y al cabo, la poesía es un acto corporal, porque trasladar una suma de pensamientos y sentimientos a la palabra escrita es poner el cuerpo, o directamente el alma. Y eso hace Guitart: pone el cuerpo, pone el alma (suya pero también la de Mistral) en el terreno teatral.

En esa búsqueda, en ese recorte a partir de textos y poemas de Mistral, Guitart va encontrando un hilo narrativo, un personaje, un espacio, objetos (unos cajones, un pedazo de pan, un cuenco con agua) y hasta un marco temporal que representan variables generales y universales de la poética de la autora chilena. Y lo que surge es un monólogo que inevitablemente es un diálogo de múltiples acepciones, donde las otras partes permanecen en silencios que dicen mucho. Gabriela infinita, desde las palabras de la protagonista, habla de los roles interrelacionados de madre e hija, de la soledad femenina en circunstancias decisivas, de lo que se perdió, de lo que permanece incluso a través de la ausencia. Y también de ese país que es Chile, tan similar y al mismo tiempo tan distinto al nuestro: Mistral supo otorgarle una voz distintiva al modo de vida en esa nación, donde intervienen conceptos como lo árido, lo crudo, las cicatrices de heridas pasadas que aún son presente, afectando lo maternal y femenino.

Aún desde extremos cuasi insondables, Mistral consiguió expresar, quizás como nadie, muchos dolores silenciados, sueños rotos, voces acalladas y melancolías no pronunciadas. Ese acto de expresión, rupturista, revelador, definitivamente rebelde en un país regido por el machismo, fue y es todo un gesto esperanzador, porque cuando se señala la existencia de un estado de situación y determinadas estructuras caducas, aparece la chance de cambiarlas. Guitart y su obra Gabriela infinita actualizan la poética de Mistral y por ende sus temas y formas, conjugando un texto esencialmente movilizador, con una sensibilidad tierna, dulce, pero no ingenua, que nunca da tregua al espectador.


Dramaturgia: María Marta Guitart Texto: Gabriela Mistral Actúan: María Marta Guitart Fotografía: José Heredia, Diana Hoffmann Producción: Nicolás Maffongelli Colaboración musical: Laura Guitart Puesta en escena: María Marta Guitart Sala: Pan y Arte Teatro (Boedo 876, CABA) – Sábados a las 22:00. Hasta el 30 de julio.

Comentarios

comentarios

1 comment for “Gabriela infinita