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Recapitulación de Homeland: New normal

Por Rodrigo Seijas

(@fancinemamdq)

homeland

ATENCIÓN: SPOILERS

Ha sido extraño cómo se han ido uniendo las piezas del rompecabezas de esta sexta temporada de Homeland. Quizás lo extraño, o más bien problemático, es que no han terminado de unirse. No al menos de una manera armoniosa, fluida, sino un tanto forzada, aunque eso no le quite tensión y atractivo.

New normal arranca con una mirada interesante a cómo queda parada Carrie dentro de la CIA: sí, ha traído información que podría probar que Allison ha estado trabajando para los rusos y escalando posiciones dentro de la agencia, y esa data es valiosa, pero aún así no deja de ser una outsider. Por eso su versión –aún respaldada por Saul- no deja de ser tomada con pinzas por Dar Adal y rápidamente la sacan del medio. “Tu parte en este juego terminó. Tenés que irte. Estás excusada”, le dice Adal y a ella no le queda otra que irse, porque ella en un momento decidió irse, y eso no es precisamente fácil de perdonar para los integrantes de la agencia. Distinta es la posición de Saul, aunque haya quedado al borde de la marginalidad: lo que él valora son los lazos de lealtad, y sus reacciones pueden ser extremas, con lo que no deja de extrañar que casi ahorque a Allison. Hay también un machismo herido en Saul, que no perdona a Allison no sólo por la manera en que traiciona a la agencia, sino también al vínculo romántico que tuvieron. La secuencia es de una violencia llamativa, que hasta casi genera empatía por Allison.

En verdad, este capítulo de Homeland funciona más como un conjunto de reflexiones sobre los nuevos tiempos del terrorismo y las políticas globales de los países más ricos de Occidente en confrontación con los planteos de otras fuerzas en pugna como puede ser el Estado Islámico.  En esta nueva era el pánico, la muerte y el dolor se propaga por Internet, convirtiéndonos en espectadores de los últimos momentos de una persona –por eso importa no sólo las imágenes de Quinn padeciendo los efectos del gas sarín, sino también la mirada de Carrie contemplando el video-; las instituciones y las palabras de los individuos no son garantía de nada –como bien aprende Otto During del peor modo, entregando ingenuamente a un defendido que tiene información sobre el posible atentado a las manos de la CIA, que obviamente no va a cumplir con todas las garantías prometidas-; y no hay manera de que se evite una guerra entre Occidente y el Estado Islámico, porque hay fuerzas demasiado poderosas y muy deseosas de que esto ocurra. No se puede ceder bajo ningún punto de vista, no se pueden dar señales de debilidad y lo que queda es una autodestrucción anunciada, donde los costos los pagan los más débiles. “Es la nueva normalidad” les dice un alto funcionario a Adal y Saul, antes de cortar la comunicación. En este nuevo mundo que necesita del conflicto como el agua, la CIA es apenas un instrumento, un peón dentro un juego donde la victoria es al mismo tiempo la derrota.

Por fuera de este análisis, en New normal no hay grandes avances, sino confirmaciones de presunciones desarrolladas en capítulos anteriores: que la célula terrorista ha revelado sus propósitos y para las agencias de espionaje alemana y norteamericana todo se reduce a una carrera contra el tiempo; que Qasim, el terrorista que ayudó a Quinn y que se ha mostrado siempre demasiado indeciso para la difícil tarea que tiene por delante, sigue vivo no por sus convicciones sino por sus lazos familiares; y que Quinn aún sigue con vida, lo que le ha evitado un final terrible que seguramente habría sido coherente con su tortuoso transitar por la serie.

New normal vuelve a demostrar que el fuerte muchas veces de Homeland está en los silencios: en el plano de conjunto de los terroristas dentro de la camioneta, aguardando el momento de entrar en acción; en esa misma camioneta recorriendo lugares emblemáticos de una ciudad única como es Berlín; o en Carrie y Saul sentados al lado de la cama hospitalaria en que está Quinn. Los personajes de esta serie se definen antes que nada por sus acciones, o los momentos anteriores a ellas. Los capítulos que quedan implicarán un accionar, y ahí veremos cómo queda parada la serie.

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