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Tracers, al límite

tracers1Título original: Tracers
Origen: EE.UU.
Dirección: Daniel Benmayor
Guión: Matt Johnson, T.J. Scott, Kevin Lund, Leslie Bohem
Intérpretes: Taylor Lautner, Marie Avgeropoulos, Adam Rayner, Rafi Gavron, Luciano Acuna Jr., Josh Yadon, Johnny M. Wu, Sam Medina, Amirah Vann, Christian Steel, Wai Ching Ho, Chris Jackson, Sean Rahill
Fotografía: Nelson Cragg
Montaje: Peter Amundson
Música: Lucas Vidal
Duración: 94 minutos
Año: 2015
Compañía editora:TVE


5 puntos


Algunas persecuciones y poco más

Por Rodrigo Seijas

(@fancinemamdq)

tracers2Taylor Lautner es un invento de La Saga Crepúsculo y no mucho más que eso. A diferencia de Kristen Stewart, quien ya venía con una carrera previa sólida y que luego consiguió trascender esa franquicia maldita y seguir en otros terrenos; y Robert Pattinson, que ha buscado reacomodarse trabajando con directores como David Cronenberg, Lautner todavía no logra consolidar su estrellato. Ya trabajó un par de veces con Adam Sandler, pero donde quiso adquirir otro perfil fue con el género de acción, posicionándose como una nueva figura de relevancia. Sin embargo, Identidad secreta era un absoluto desastre y el film que nos ocupa, Tracers, al límite -las distribuidoras argentinas siguen obsesionadas con esta cuestión de lo “límite”- tampoco obtiene los resultados esperados, ni para el actor, ni para el público.

Hay que destacar una noticia medianamente buena: Tracers, al límite está lejos de ser tan mala como Identidad secreta, probablemente porque al director Daniel Benmayor -a diferencia del realizador de la anterior, John Singleton- sí le importa contar lo que tiene entre manos con un mínimo de cuidado y coherencia. De ahí que la historia de Cam (Lautner), un mensajero en bicicleta agobiado por las deudas con la mafia china que se topa con una chica de la que se enamora al instante y se involucra con una banda de criminales que realizan robos utilizando la técnica de parkour, tenga algunos pasajes donde fluye apropiadamente. Esto sucede principalmente con las secuencias de persecución, filmadas con cámara en mano pero también con una clara consciencia del espacio urbano neoyorquino por el que se desplazan los personajes, otorgándole nervio a la acción pero sin resignar el entendimiento de lo que sucede por parte del espectador.

Sin embargo, Tracers, al límite se topa con una barrera infranqueable, y es el guión, que pretende tomar elementos de films como Punto límite y Rápidos y furiosos -el trabajo en grupo, el compañerismo, el disfrute de la marginalidad, el contacto con lo extremo-, pero con muy poca gracia. A Benmayor se le nota que no le interesan demasiado los dilemas morales del protagonista o la subtrama romántica, y filma todo eso -que ocupa bastante tiempo en el metraje- a reglamento, lo cual conspira contra el resultado final, porque para que las escenas de acción impacten de la forma esperada, al espectador le tiene que importar mínimamente lo que les sucede a los personajes, lo cual está lejos de suceder, en parte también porque Lautner no es precisamente un muchacho muy carismático.

En lo anteriormente descripto Tracers, al límite se revela casi como un espejo de Identidad secreta: es un típico producto de diseño, preelaborado en todas sus aristas para tratar de llegar a un rango de público amplio, pero al que se le notan en exceso todos los parches y que no posee el suficiente cuidado en sus formas como para que no sean tan patentes sus cálculos. Con su parcial aprovechamiento de lo espacial y corporal, no deja de ser una pequeña evolución en la carrera de Lautner, quien aún así debería empezar a preguntarse si la respuesta para un salto definitivo en su carrera quizás no pase por adaptarse a los moldes preestablecidos, sino por romperlos. Por ahí tiene que cambiar de representante.

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