Título original: A Few Best Men
Origen: Australia-Inglaterra
Director: Stephan Elliott
Guión: Dean Craig
Reparto: Laura Brent, Xavier Samuel, Kris Marshall, Kevin Bishop, Tim Draxl, Olivia Newton-John, Rebel Wilson, Jonathan Biggins
Fotografía: Stephen F. Windon
Montaje: Sue Blainey
Música: Guy Gross
Duración: 97 minutos
Año: 2011
3 puntos
El humor inglés puede no ser inteligente
Por Mex Faliero
Lo bueno de los prejuicios y las sobrevaloraciones construidas como reglas inflexibles, es que están hechas para romperse. Hay toda una corriente de espectadores que suponen que si es inglés y cómico, no puede ser menos que inteligente, brillante, ácido, sarcástico, original, creativo. Por ejemplo, andá a decirles que los Monty Python habrán sido muy críticos y subversivos en su discurso, pero que sus películas nunca dejaron de ser televisivas, mera sucesión de chistes pegados con mayor o menor fortuna, pero sin nunca poder conformarse como relato cinematográfico. Andá a explicarles que sí, que The office británica es muy buena, pero que la versión yanqui no sólo que la adaptó acertadamente sino que tuvo la brillantez de darle mayor vuelo a los personajes, desarrollarlos por fuera del cinismo unidireccional que tenían los originales. En este marco donde la comedia británica siempre es celebrada acríticamente, Muerte en un funeral se convirtió en un éxito impensado en la Argentina. Si hasta hay gente que la usa de referencia para negar los valores de la comedia norteamericana actual (que, con sus fallas y desaciertos, es la mejor comedia que se hace en el mundo), cuando en verdad no era más que una repetición camuflada de fórmulas con chistes trillados y un final, vergonzosa e innecesariamente moralista. Por eso quiero reconocer que a pesar de parecerme una película pésima, le agradezco a Los padrinos de la boda el hecho de venir a confirmar que la comedia británica también puede ser espantosa y escasamente graciosa.
También quiero decir que resulta bastante injusto para con los divertidos Monty Python y el genial Rick Gervais que sus nombres queden pegados en un texto junto a Muerte en un funeral o Los padrinos de la boda, que en lo único que se parecen es en que son británicos. Aquí los abandono, y vamos con la boda horrenda esta.
Los padrinos de la boda no es sólo mala por su maldad intrínseca (falta de timing, actuaciones sin gracia, chistes obvios, situaciones vulgares sin un gesto subversivo, personajes intrascendentes, un montaje desprolijo), sino porque además se nota su construcción sobre la base de formatos recientes de comedias exitosas. No sería tanto el problema de su parecido con Muerte en un funeral, ya que estamos ante el mismo guionista, sino que hay aquí un calco vergonzoso de la fórmula (que era ya una fórmula reformulada) de ¿Qué pasó ayer?, y no sólo porque los protagonistas son cuatro y se ven envueltos en situaciones virulentamente grotescas, sino porque además cada uno cumple un rol similar al de aquellos, algo exacerbado en el Graham de Kevin Bishop tan gordito freak, tan parecido al Alan de Zach Galifianakis. Lo peor, además, es que si ¿Qué pasó ayer? (que no me parece ninguna genialidad) tenía que darle una vuelta de tuerca formal a la típica comedia machista de hombres fiesteros, consiguiendo algún tipo de reflexión sobre el subgénero, Los padrinos de la boda está contada como si no hubiera pasado nada en la comedia en los últimos veinte años. La acumulación de elementos (porque esta es una comedia que debería funcionar en el crescendo descontrolado) trae chistes con drogas, vómitos, animales en situaciones escatológicas (que aprendan un poco de los Farrelly che…), mujeres que se alocan, sexo verbalizado, entre muchas otras cosas, pero lo único realmente gracioso aquí es la australiana Rebel Wilson, la obesa hermana de la protagonista, conocida especialmente por su pequeña participación en Damas en guerra. Incluso pareciéndose un poco a la nacional Mi primera boda (que ya se parecía basta a Muerte en un funeral, aunque era un poco más digna), estos padrinos para nada mágicos son un escalón muy bajo de la comedia. Los padrinos de la boda ni siquiera se conforma con ser una mala comedia y ya. No, también se empeña en dejar algún tipo de aprendizaje sobre la amistad y la familia. No causa.
No me pareció para nada mala la película, es mas bien entretenida y se pasa un buen momento.
Si se la analiza en detalle surgen algunos errores , pero bueno…interesante igual la critica.
Si lo hubiese leído antes de ir al cine probablemente no la hubiese visto jaja.
Compañero Mex: me encantaría discutir algo que parece el corazón de tu nota. Porque está en la propia estructura la propuesta de una hipótesis a la luz de la cual deviene el modo de analizar la película. Es posible que, siendo efectivamente joven como sos, tomes lo que han sido tradiciones como prejuicios, por ejemplo la acidez y la sutileza de la comedia inglesa y por otra parte no busques en ver donde abreva esa afirmación (de la cual no vengo aquí a hacerme cargo). Sin dudas el origen de ello no está ni siquiera en los Monty Python, a los cuales sin embargo me parece que defenestras con escasa argumentación, sino de mucho antes. Me encantaría saber que tiene de «cinematográfica» (si tal concepto existe y es compartido en la comunidad de cinéfilos – ya no de espectadores -) la «nueva» comedia americana. ¿Montaje? ¿Actuación? ¿Punto de vista? ¿Organización del espacio narrativo? Pero lo que más me interesa atacar, si atacar porque la tuya es una afirmación que aun inconciente afirma una política cinematográfica es tu frase donde afirmas que la comedia norteamericana «con sus fallas y desaciertos, es la mejor comedia que se hace en el mundo». ¿En qué mundo? ¿En el mundo donde las grandes corporaciones que producen esa comedias dominan la circulación del 90% de los contenidos audiovisuales a nivel planetario? ¿En un mundo donde los dispositivos de construcción de sentido están dominados por las mismas corporaciones que alientan o bloquean el acceso de propuestas estéticas pues no solo dominan la producción sino – y centralmente – la distribución. En mi casa, donde mi mujer y mis dos hijas dedican escaso tiempo a jugar a la pelota, yo soy el mejor delantero del mundo. ¿Fui claro? Esto está mucho más allá de lo mucho que hemos discutido sobre la actual comedia norteamericana, que sabes que para mi es paupérrima. Es tan mala y tan vieja, que hace que Jerry Lewis siga siendo, de lejos, el mejor de todos ellos. Abrazo
Estimado Daniel: entiendo tu punto de vista, y de seguro que mi frase sobre “la mejor comedia del mundo” es una exageración que buscó la provocación. Es casi imposible no argumentar desde una generalización, y necesitaba generalizar gruesamente en este caso para justificar mi punto de vista. Ya hemos discutido personalmente sobre la comedia americana actual y no nos vamos a poner de acuerdo, así que sería en vano sumar conceptos. Yo no estoy diciendo que la comedia británica no sea todo eso que se dice (desde los tiempos de la Ealing y las comedias con Allec Guines, las dirigidas por Mckendrick, y de seguro si nos dirigiéramos a la literatura y al teatro encontraríamos más elementos que generaron una estética humorística replicada luego en otros soportes como pertenencia cultural), sino que me estoy refiriendo a “una corriente de espectadores”, que como evidencia mi artículo está entre los 30 y los 40, a los que andá a preguntarles por alguna de la Ealing; gente que nunca toleraría que le digan que The Office norteamericana es superior a The Office británica (y no porque lo es, sino porque lo podría ser). En ocasiones, ellos tienen a los Monty Python como norte (y para argumentar se me hace inevitable partir de los debates que he vivido, de mis experiencias personales). Respecto de los Python, no los he defenestrado, de hecho disfruto mucho del Flying circus y de La vida de Brian y El significado de la vida, pero no por eso me dejan de resultar ideas televisivas convertidas en películas: no son fluidas, suceden como sketches, son toscas narrativamente, no tienen un trabajo visual demasiado destacado. Tanto por los festivales como por lo que conseguís en Internet, hoy tenés la chance de ver mucho cine de otras partes, busco especialmente comedias porque es el género que me gusta, y sinceramente tengo (porque siempre que uno escribe sobre esto es un parecer personal, por más que lo pretenda voz colectiva) que decir que actualmente el cine norteamericano cuenta con un grupo de actores de comedia que están por encima del resto en cuanto a timing, nivel de referencias, velocidad para incorporar cuestiones generacionales, cinefilia, así como en los 80’s y la primera parte de los 90’s habían perdido el rumbo. También que aquellas comedias de los 90’s que resultaban televisivas y eran sketches pegados, hoy son mucho más fluidas y funcionan desde lo cinematográfico. Y no tiene nada que ver el dominio de las pantallas, ni que el Imperio Yanqui me las inocule: hablo exclusivamente desde un punto de vista objetivo, de poner una película junto a la otra y ver sus virtudes y defectos. Y seguro que me causa más gracia Anchorman que Bienvenidos al país de la locura, pero también que disfruto Les beaux gosses y no American Pie, y que vuelvo a reírme con Forgetting Sarah Marshall y no con Muerte en un funeral, y que es mejor Los enredos de Wanda que las últimas de Adam Sandler, pero Happy Gilmore es muy graciosa y no lo son las últimas comedias tanas que vi, y que la coreana Daytime Drinking es buenísima.