Por Mex Faliero
La titular del INCAA, Liliana Mazure, había avanzado sobre el tema semanas atrás. Y hoy se terminó confirmando: fue publicada en el Boletín Oficial la resolución de la funcionaria sobre una limitación a la cantidad de copias con que llegan algunas películas extranjeras al país. Esta medida estipula una tolerancia hasta las 40 copias, y posteriormente se agregará un canon progresivo según el monto final de pantallas que se intente cooptar.
De esta manera, el Instituto de Cine busca frenar lo que está ocurriendo con la exhibición de cine en el país, sumamente monopólica. Es una medida acertada y necesaria, si tenemos en cuenta lo que viene ocurriendo -excesivamente este año- con películas ocupando unas 200 salas, alrededor del 20% de las que hay en el país, impidiendo no sólo el estreno de cine nacional, sino de otros países periféricos e incluso norteamericanas más independientes.
En lo concreto, la resolución señala que lo que está ocurriendo es “la existencia de una afectación a los derechos de competencia, un abuso de posición dominante que afecta por lo demás, incluso, los derechos de los ciudadanos como consumidores y usuarios del circuito de exhibición cinematográfico”. Estas sanciones son vistas como un paso más luego de la cuota de pantalla aprobada un par de años atrás.
El texto, firmado por Mazure, agrega que “se exhiben películas con una presencia cuasi monopólica en las pantallas; circunstancia que suele excluir del circuito comercial toda otra producción, atentando ya no sólo contra la producción nacional, sino asimismo contra la diversidad que hace al derecho a la libertad de expresión y a los derechos sociales a la cultura”.
La medida hace una diferencia entre el circuito de exhibición de Capital Federal y el Gran Buenos Aires, y lo que ocurre en el interior del país. La resolución Nº 2016/04/INCAA determina entonces para Capital que películas extranjeras hasta 40 pantallas deberán pagar un valor equivalente a 300 entradas de cine por el total de las pantallas utilizadas. Y la escala sigue así: hasta 80 pantallas, 1200 entradas; hasta 120 pantallas, 2400 entradas; hasta 160 pantallas 6000 entradas; y a partir de 161 pantallas, 12.000 entradas.
Además se estipula que las colas de películas extranjeras tendrán que abonar una suma equivalente a 50 entradas de cine por cada avance que se exhiba.
Pasando al resto de las provincias, los valores son los siguientes: en 40 pantallas, 150 entradas de cine por el total de las pantallas utilizadas; 80 pantallas, 600 entradas; 120 pantallas, 1200 entradas; 160 pantallas, 3000 entradas; más de 161 copias, 6000 entradas. Mientras que las colas de películas extranjeras tendrán que desembolsar una suma equivalente a 25 entradas por cada una que se exhiba.
Otra cosa que está clara, también, es que las distribuidoras y las cadenas de exhibición se mostrarán disconformes, y que no tardarán en presentarse ante la justicia para que esta medida no se cumpla. De hecho, como ya lo mencionara en estas páginas Rodrigo Seijas, un sitio como cinesargentinos.com -explícito defensor de las cadenas de cines que sostienen la conducta monopólica- comenzó tiempo atrás su campaña en contra de esta resolución del INCAA.
Con la resolución recién conocida, y en caliente, podemos decir que esta medida es justa y que puede abrir muchísimo el circuito de exhibición. Incluso, las propias distribuidoras podrían verlo con buen ojo si dejaran de escandalizarse y descubrieran las posibilidades. Sería ingenuo pensar que las 100 pantallas menos que ocupará un Cars 2 se irán para el documental Mosconi o La cárcel de los huesos, pero esto puede abrir el campo de acción para que lleguen otras películas europeas, asiáticas e, incluso, muchas películas norteamericanas que no arribaban a nuestros cines.
Porque, hay que tener en cuenta, la medida no restringe la cantidad de cine extranjero que se ve, sino que limita la cantidad de salas que una misma película ocupa. Esta, que parece una diferencia menor, no lo es tanto. Por esto, uno debería suponer que muchas de esas películas estrenables y que van directo al dvd en la Argentina, podrían tener estreno comercial y conseguir un público.
Tampoco exagerar el entusiasmo: está claro que con las ganancias que están obteniendo las distribuidoras con algunas películas, que tienen un piso de un millón de espectadores, no sería ilógico pensar que pagarán el canon necesario para estrenar en 160 salas. Lo que sí, esperemos que los espectadores del interior no comencemos a sufrir el retraso en los estrenos, prefiriendo las distribuidoras poner sus 40 copias en Capital y el Gran Buenos Aires.
Queda también pendiente el debate acerca de por qué la gente no ve cine nacional. Pensar que el público dejará de ver Kung fu panda o Capitán América y correrá a ver Lengua materna porque ahora tiene sala, es pensar liviano. Esa es una discusión que debería hacerse internamente y que todavía se deben aquellos encargados de promover y movilizar la producción nacional. Está claro que el cine argentino que se ve es el que se parece formalmente al que llega de afuera o el que juega con las estrellas de la tele. ¿Es sólo una cuestión de paradigmas audiovisuales? ¿O tiene que ver con un estándar de producción que el público mayoritario exige, no sólo aquí sino en todas partes del mundo?
Desde lo personal, creo que el cine que se debe ver es el bueno, sea del país que sea. Verdad de Perogrullo, pero que viene bien recordar ante los amagues nacionalistas que siempre asoman tras medidas como estas: culpar a la distribución por el escaso apoyo de los espectadores al cine argentino es ver nada más una parte de la realidad. De todos modos si esta medida sirve para tal fin, bienvenida sea. Eso sí, las normas exigen control. Para que esta medida funcione, deberán las autoridades tomarse el asunto en serio y pensar en federal. Si no, correrá la misma suerte que la endeble cuota de pantalla: que tal vez en Capital se cumpla, pero en ciudades del interior brilla por su ausencia o se cumple en cuentagotas.
Hola Mex, la verdad es que la nota dice claramente lo mismo que pienso. Ya me parecía raro tanta alegrìa. Pero mediando la nota dejaste claro todos los «peros» y dudas que tambièn me planteaba. Me pareció un muy buen análisis, punto por punto.
A mi entender hay que ser cautos. Mi primer arrebato fue criticar la medida de pleno. Despuès hice el análisis que podría ser benecifioso justamente para controlar los inflados tanques que copan las pantallas, pero justo después desconfié de cómo nos afectará la cuota, sobretodo en el interir. Por un lado abriría la posibilidad de ver más estrenos de pelis que hoy por hoy solo podemos ver gracias a internet o en el mejor de los casos cuado salen y si salen, en dvd. Pero por otro lado está el tema del postergado interior (y eso que en Mardel por suerte seguimos teniendo ventajas comparado con otras localidades) donde tendremos que esperar màs tiempo para ver algunas pelis luego de que pasen por BsAs (porque lo federal en este país es muy relativo lamentablemente. Dios atiende en Capital…). De pronto se me ocurre que tras la espera por ahí tendríamos copias en castellano y 3D sin opción, cosa que ya, muchas veces, viene ocurriendo. Mmm avisoro unos cuantos posibles problemas. Ojalá me equivoque y sea solo mi parecer, porque la idea creo que es adecuada en su ideación, espero que no quede solo en una buena intención que nos complique la ida al cine.
«Lo que sí, esperemos que los espectadores del interior no comencemos a sufrir el retraso en los estrenos, prefiriendo las distribuidoras poner sus 40 copias en Capital y el Gran Buenos Aires.» — ESTO ES LO QUE ME ASUSTA. Ahora mismo sucede con el retraso de estrenos como Súper 8 porque las salas estaban pintadas de azul Pitufo. Necesitamos más salas y mejor distribución de las mismas y a su vez la cantidad de copias suficientes para que todos los espectadores de cualquier rincón del país tengan las mismas posibilidades de ver la película que deseen, los mismos días y al mismo tiempo que en Capital Federal.
Excelente! jaja estaba por decir que el pnafilo de chandler decia sandeces pro monopolio y que esto estaba mucho mejor cuando vi la referencia directa a su página. Comparto en que es una medida necesaria y que tambien está bien planteada mas como antimonopolica que como «nacionalista» Tiene sus bemoles, aunqe parece estar mejor qe la vieja cuota d epantalla, de todos modos, es una medida necesaria como decís. Para qe no digan que criticamos todo 😛