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La casa muda

Título original: La casa muda
Origen: Uruguay
Director: Gustavo Hernández
Reparto: Florencia Colucci, Gustavo Alonso, Abel Trinaldi, Maria Salazar
Guión: Óscar Estévez
Fotografía: Pedro Luque
Montaje: Gustavo Hernández
Música: Hernán González
Duración: 74 minutos
Año: 2010


6 puntos


Destino sudamericano

Por Matías Gelpi

La casa muda se presenta desde su web lacasamuda.com, como la primera película en Latinoamérica (y la segunda en el mundo) en ser filmada con una cámara de fotos (una Canon EOS 5D Mark II); y también dice ser la primera de terror filmada en un solo plano-secuencia, es decir, sin cortes. Con esa información entré al cine, queriendo descubrir de qué se trataban aquellas afirmaciones.

En primer lugar, con respecto a la cámara, sea de fotos o no, la calidad de imagen es bastante buena, así como el sonido, digna de ser proyectada en cualquier sala.

Ahora bien, el tema del plano-secuencia es un poco más complicado. Este recurso técnico de narración (sin cortes entre los planos) causa sensación de inmediatez y ayuda a crear un clima de tensión, pero también es bastante limitado, y utilizarlo para todo el film plantea desde el principio muchas dificultades y desafíos, que Gustavo Hernández resuelve con oficio la mayoría de las veces. Por momentos la cámara sigue a los personajes desde cerca, luego abre el plano, cambia de punto de vista o se vuelve subjetiva, todo con movimientos fluidos que le dan ritmo al la historia. La utilización del “fuera de campo” también está muy bien: mostrando poco y reduciendo el resto a sonidos y oscuridades, logra momentos de suspenso muy efectivos. Sin embargo, la tensión está distribuida de manera irregular y la historia  frena. Porque, más allá de la muy buena actuación de Florencia Colucci (sobre quien recae todo el peso dramático de la película), al sostener demasiado los momentos de suspenso, estos se van diluyendo y son difíciles de retomar, ya que a veces el remate de la situación llega un poco tarde.

Y ahora lo más difícil para mí, que le tengo cariño a este film: el gran problema de La casa muda es la subtrama que intenta desarrollar en el medio de la acción, para justificar el accionar (¡viva la redundancia!) de los personajes, sobre todo del personaje de Colucci. Todo esto por simples razones: es confusa, distrae y obliga a la película a un giro sorpresivo brusco, de aquellos que hacen que algunos la odien y otros la adoren. A tal punto, que al salir de la proyección dos pre-adolescentes me preguntaron: «¿vos entendiste algo?». Yo les dije que sí, pero mi explicación las dejó más confusas creo. En fin, subtrama que le quita fuerza al comienzo y molesta, en un film que podría haber sido demoledor.

Buena noticia, es que al fin se estrena, en circuito comercial, una película de género latinoamericana, que puede competir en calidad y factura técnica con la mayoría de lo que nos llega de Hollywood o Europa. Y, agregando que la semana que viene se estrena comercialmente Sudor frío, y que para más adelante se espera Fase 7 (ambas argentinas), podríamos decir sin timidez, que el cine fantástico del continente está pasando un buen momento, dando un salto de calidad y cantidad que esperemos se prolongue.

En fin, La casa muda ofrece, miedo, suspenso, una casa horrorosa de la zona rural uruguaya, ¿Qué más queremos? Si nos bancamos cosas horribles de las tierras del Tío Sam. Además ya lo dijo Borges, o lo debe haber insinuado, no hay nada más sudamericano que morir por el filo de un cuchillo, salpicando sangre en los pastos de las llanuras de este bendito continente.

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