El nuevo film de Joe Carnahan continúa mostrando a un cineasta sin ataduras, aunque no llegue a tener los logros de Stretch y El líder, sus dos películas previas.
Esta secuela de Escape imposible fracasa por completo en su intento de construir una pequeña franquicia, con un relato desganado, inverosímil y sin ideas sólidas.
Este flojo thriller rural confirma dos presunciones: que Hayden Christensen es uno de los actores más inexpresivos de Hollywood, y que Bruce Willis está destruyendo su carrera.
Una pequeña sorpresa, que sin alcanzar grandes alturas se beneficia a partir de su tono crudo y profesional, en el que la ambigüedad atraviesa todas las acciones.
El film de Max Adams combina lo cómico y la acción con llamativa fluidez, en un relato repleto de estereotipos que igualmente funcionan con gran efectividad.