Este film de espionaje ambientado en la Guerra Fría y protagonizado por Bill Pullman es apenas correcto, aunque deudor estéticamente de mucho del cine del género estrenado últimamente.
Vin Diesel sigue intentando configurar una mirada autoral potente desde la actuación y la producción. Pero no es alguien como Tom Cruise y sigue fallando en el intento.