Kristen Wiig y Annie Mumolo, protagonistas y guionistas de una comedia maravillosa, repleta de guiños, referencias y un humor sin sentido con tiempo perfecto.
Clint Eastwood, a los 88 años, vuelve a construir un relato fascinante que reflexiona sobre aquello en que los ciudadanos creen y el momento en que descubren la mentira.
Segunda parte de Mi gran casamiento griego, comedia costumbrista de hace quince años que hubiese sido mejor recordar como algo simpático y no por esta vergonzosa continuación carente de gracia y argumento.