La obra de Lorena Romanín habla de vínculos familiares, de la relación de padres e hijos, pero también del dolor que provoca querer tanto, y la posibilidad de que al arriesgarse uno pierda todo.
Tres mujeres solas en la ruta se cruzan con su destino de casualidad. Pondrán en juego sus vidas, cuestionando la fe, la valentía y el compromiso político y social a través de una red de ayuda y compañerismo.