Osqui Guzmán adapta con gran efectividad la obra escrita por el fallecido dramaturgo Alejandro Acobino, construyendo un relato que abre todo tipo de debates y reflexiones.
La nueva película de Ana Piterbarg es ciertamente ambiciosa en sus planteos narrativos y estéticos, pero contiene un exceso de elementos en su trama, que conspiran contra el resultado final.