Por Patricio Beltrami
NdR: este artículo contiene spoilers.
Ya pasaron casi dos meses del estreno de Madame Web, que seguramente será una de las peores películas del 2024. Más allá del comportamiento de trolls y fanáticos en redes sociales, existen pocos aspectos para rescatar de esta desastrosa experiencia audiovisual. Incluso, sus principales figuras no sólo evitaron defender el proyecto, sino que su protagonista, Dakota Johnson, insólitamente se dedicó a defenestrar al film durante la gira promocional de lanzamiento. Tras haber acumulado fracasos artísticos y económicos en cuatro películas durante los últimos seis años, sumada a la imposibilidad de contar con Spider-Man en su narrativa, inevitablemente surge la pregunta: ¿ha llegado la crisis final del Universo Marvel de Sony?
Si bien Rodrigo Seijas ya habló detalladamente de este fiasco en su crítica, nuevamente se exhiben varios de los problemas narrativos que se habían registrado en Morbius y en ambas entregas de Venom. Por una parte, los antagonistas de este universo terminan siendo aburridos, predecibles, clichés y caricaturas de villanos que acaban derrotados de las formas más estúpidas que existen. Quizás el Carnage de la secuela de Venom asomaba como la excepción a esta regla, pero lamentablemente se desdibujó en el acto final de la historia. Igualmente, nada se compara al apático e intrascendente Ezekiel Sims (Tahar Rahim) de Madame Web, un asesino paranoico sólo motivado por evitar su muerte a manos de tres mujeres con poderes arácnidos. Nunca se entendió para qué deseaba sus poderes, ni siquiera se establecieron ambiciones o planes más allá de la obsesión por escapar de su destino final.
Otro grave problema de Sony, al punto de parecer algo incontrolable para quienes manejan este universo, es la obsesión por el multiverso. Mientras que Eddie Brock y Venom (Tom Hardy) estuvieron brevemente dentro del Universo Cinematográfico Marvel (MCU) al final de Venom: Carnage liberado y Adrian Toomes / El Buitre (Michael Keaton) inexplicablemente terminó en el Universo Marvel de Sony durante Morbius, el estudio buscó instalar a Madame Web / Cassandra Webb (Dakota Johnson) como una figura para navegar y conectar la red de arácnidos. Incluso, una versión del mismísimo Peter Parker aparece en la película, pero su presencia es tan caprichosa y prescindible que honestamente ni siquiera despertó el interés del público cautivo. ¿Multiverso? Sólo hubo un guiño con el deseo de explorarlo a futuro, algo que casi seguro no ocurrirá.
En esa línea, la falta de épica y corazón que han demostrado estos cuatro films resulta alarmante. Quizás la batalla final de Venom haya tenido el único momento logrado de tensión genuina y buenas secuencias de acción. En este caso, la resolución de Madame Web no sólo se había adelantado minutos antes a raíz de los poderes de la protagonista, sino que además careció de toda sorpresa para el espectador. Sí, las heroínas estuvieron en riesgo y momentáneamente el plan no salió igual que en las visiones, pero la combinación entre la arrogancia del villano y las necesidades del guion que posibilitan el descubrimiento de nuevos poderes derivaron en el triunfo de las mujeres araña. En tanto, una de las decisiones más absurdas de Madame Web fue que, en medio del constante acecho del villano asesino, las adolescentes logran esconderse durante una semana en la casa del mejor amigo de Cassandra mientras ella viaja a Perú para investigar el origen de sus poderes y la verdad sobre la muerte de su madre. Seguramente, uno de los pasajes más anticlimáticos e innecesarios de la historia del cine. A su vez, los autores parecían más preocupados en acumular referencias pop de la épica que en darle sentido a los conflictos y atractivo a los superficiales personajes.
Finalmente, el Universo Marvel de Sony carece de cohesión. Si bien la larga sombra de un Spider-Man ausente se posa sobre estas historias, no hay elementos, sucesos o personajes que conecten estos presuntamente significativos acontecimientos. De hecho, Madame Web trascurre en el 2003, a fin de establecer un cuarteto de mujeres araña en la actualidad de este universo cinematográfico que eventualmente se integren en alguna otra franquicia. Sin embargo, difícilmente algún aspecto del relato será retomado en el futuro a raíz del fracaso económico y artístico de la película. Sumado al rechazo del público objetivo del género y la falta de respaldo del estudio y los involucrados en este proyecto, cualquier intención de continuidad será inviable. Si bien este año se estrenarán Kraven el Cazador y Venom: The Last Dance (cierre de la trilogía), resulta poco probable que este universo de rumbo errático pueda prolongarse más allá de 2024. Enfrentándose a la necesidad de un reinicio, durante los próximos años Sony deberá dedicarse a los juegos de Play Station, la producción de Spider-Man: Beyond The Spiderverse, y a pelearse con Marvel Studios por Spider-Man 4, su última oportunidad de jugar al multiverso.
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