Por Patricio Beltrami
NdR: este artículo contiene spoilers.
Casi 27 años después volvió la serie animada de X-Men. Si bien existe una continuidad de la tira producida entre 1992 y 1997, el cambio de nombre de a X-Men ’97 implícitamente significa que la renovada propuesta presentará diferencias e innovaciones respecto al material original. Lógicamente, se observa una actualización en la animación 2D de la serie, aunque visualmente más atractiva, con mejores texturas y un colorido más remarcado que en los noventa. Sin embargo, también queda en claro que existe un enorme respeto al material original, por lo que tranquilamente se podrían asumir que desde lo estético y lo narrativo constituye una continuidad de X-Men. Escrito por el showrunner Beau DeMayo y dirigido por Jake Castorena, To me, my X-Men conjuga exitosamente al pasado y al futuro, ya que consiste en un claro homenaje al inicio de la serie original mientras que plantea las bases para los conflictos más relevantes que se desarrollarán durante los diez capítulos de esta temporada. En ese sentido, el episodio se mira en el espejo de Night of the sentinels, los envíos iniciales de la primera temporada de X-Men. Un año después del asesinato del Profesor X, un grupo antimutantes armado con tecnología de centinelas secuestra a Roberto Da Costa / Sunspot para vendérselo a un comprador anónimo que experimenta con mutantes. No obstante, los X-Men desbaratan estos planes y liberan al rehén. Ya en la mansión, investigan el hallazgo de armas centinelas, supuestamente eliminadas por completo, mientras presentan problemas para funcionar como un equipo ante la ausencia de Charles Xavier. En este caso, regresan todos los X-Men de 1997: Cíclope, Jean Grey, Wolverine, Tormenta, Rogue, Gambito, Bestia, Júbilo, Morph y Bishop. Frustrado por el desinterés de sus compañeros, Scott / Cíclope siente la obligación de liderar al equipo mientras Jean, quien exhibe un avanzado embarazo, le propone abandonar los X-Men para criar a su futuro hijo en paz. Particularmente, buena parte de To me, my X-Men trascurre al ritmo de las dudas y conflictos internos del grupo. Quizás varias subtramas reaparecerán durante la temporada, pero en este caso, algunos de estos problemas sirvieron para darle sentido a la resolución del episodio. Como Júbilo en la primera temporada, Roberto se escapa de la mansión, aunque los mutantes lo encuentran en un boliche antes de que sus secuestradores volvieran a emboscarlo. Usando sus poderes de telepatía, Jean no sólo averigua dónde sigue fabricando centinelas Bolivar Trask, sino que también descubre que el científico construye un arma más grande que podría acabar con los mutantes y con toda la humanidad. Para detenerlo, el equipo parte hacia el desierto del Sahara, donde se enfrentan a un ejército de centinelas por aire y tierra. Si bien es un correcto capítulo inicial, la batalla representa un gran clímax para To me, my X-Men: las secuencias de acción en equipo siempre fueron el principal atractivo de los X-Men, tanto en la animación como en acción real, ya que la combinación de poderes, habilidades y movimientos permiten que haya resoluciones creativas, novedosas, incluso heroicas y emotivas. El episodio presenta un final (casi) feliz: los mutantes vencen a los centinelas, Trask termina preso y Roberto vuelve a su vida aceptado la invitación a futuro para convertirse en un X-Men. En el cierre, un intruso interrumpe la despedida de Scott y Jean: Magneto aparece en la oficina del Profesor X, donde informa que, según el testamento de su amigo Charles, la mansión, la escuela y los X-Men le pertenecen. Sorpresivamente, el título del capítulo (To me, my X-Men) no sólo hace referencia al legado de la emblemática frase del Profesor X con Cíclope como nuevo líder del grupo, sino que también refiere al último parlamento de Magneto: según la ley, él continuará el legado de la lucha mutante. En una realidad donde finalmente los mutantes gozan del apoyo popular, establecer a Magneto como el nuevo referente sin dudas causará una crisis para el equipo y la lucha mutante. A pura nostalgia, el envío representa un regreso sólido para la serie.
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