Por Rodrigo Seijas
(@rodma28)
Agatha Christie, con relatos como Asesinato en el Orient Express o Muerte en el Nilo, supo crear -o por lo menos sistematizar- un subgénero dentro del policial integrado por cuatro elementos esenciales: un crimen inicial, un espacio casi único o dominante, una larga lista de sospechosos y un investigador decidido a encontrar a el/los culpable/s. La muerte y otros misterios utiliza el mismo molde, pero se propone alterarlo y retorcerlo, con diversos niveles de autoconsciencia, en una especie de juego que incluye lo paródico, pero también lo dramático. Tenemos entonces el espacio que funciona como vector de las acciones principales: un crucero de lujo donde confluyen diversas personalidades con mucho poder, que van desde dos familias empresarias hasta una gobernadora y el líder de una congregación religiosa. También el crimen que dispara las tensiones: el asesinato de un supuesto ricachón bastante odioso, que resulta ser alguien muy distinto y con motivos ocultos para estar ahí. Obviamente, un largo listado de gente de la cual desconfiar, que incluye no solo a los pasajeros, sino también a integrantes de la tripulación. Y, por supuesto, a quien encabeza la pesquisa, que en este caso son dos individuos: Imogene Scott (Violett Beane), una pasajera que se convierte en la principal sospechosa del asesinato y que, para limpiar su nombre, deberá trabajar en conjunto con Rufus Cotesworth (Mandy Patinkin), quien supo ser el mejor detective del mundo, aunque ahora parece ser un sujeto en decadencia. A Imogene no le resultará indiferente unirse con Rufus, porque él, cuando ella era niña, fue contratado para investigar el asesinato de su madre y ambos supieron entablar un vínculo casi paterno-filial, pero eso resultó muy mal cuando él abandonó el caso sin haber encontrado un culpable. Es por eso que esta alianza a regañadientes será tanto un camino de aprendizaje como una revisión de traumas, no solo para ella, sino también para él. Del mismo modo, la búsqueda de pistas irá arrojando nuevos datos sobre todos los demás personajes, construyendo un mundo de intrigas, miserias y manipulaciones, que serán el soporte para un constante quiebre espacio-temporal, no solo literal, sino también metafórico. Es que la creación de Heidi Cole McAdams y Mike Weiss (cuyo piloto es dirigido por Marc Webb, realizador de las dos entregas de El sorprendente Hombre Araña) tiene unas cuantas ambiciones formales y busca decididamente interpelar al espectador y/o lector habitual de esta clase de narraciones. Por eso se propone, desde su puesta en escena, reflexionar de manera permanente sobre las formas del artificio -no solo visuales, sino también orales y hasta escritos- y las implicancias de los puntos de vista. Entonces, la frase clásica que reza que “nada es lo que parece” es llevada al extremo en cada capítulo, a tal punto que se acumulan los sospechosos, pero también los motivos y nuevos crímenes, conectados con la muerte de la madre de Imogene, pero también con una figura tenebrosa que maneja todos los hilos del crimen organizado a nivel global. Ahí es donde la serie va dando un giro cada vez más pronunciado que la enlaza con el universo de Sherlock Holmes, o más bien, con su antagonista más emblemático, el profesor James Moriarty. Es cierto que su voluntad por repensar y sacudir estanterías narrativas y estéticas llevan a que por momentos se envicie con vueltas de tuerca pretendidamente astutas, pero que la dejan girando un poco en el vacío. También que su juego de mascaradas hace que algunos personajes no pasen del esquematismo o que no tengan el espacio merecido. Pero La muerte y otros misterios no deja, por suerte, que el esteticismo la vacíe de sentido y en los últimos episodios recupera tensión y dramatismo. Lo hace, hay que admitirlo, con un puñado de revelaciones que rozan lo inverosímil, aunque esa no deja de ser una vía que encuentra para hacerse cargo de que todo lo que cuenta es un disparate gigantesco, aunque muy melodramático y sangriento. Y que, encima, amenaza con continuar.
-Los diez episodios de La muerte y otros misterios están disponibles en Star+. Todavía no fue confirmada una segunda temporada.
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