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Atrapados en lo profundo

Título original: No way up
Origen: EE.UU.
Dirección: Claudio Fäh
Guión: Andy Mayson
Intérpretes: Sophie McIntosh, Will Attenborough, Jeremias Amoore, Manuel Pacific, Grace Nettle, Phyllis Logan, Colm Meaney, James Carroll Jordan, Peppijna Dalli
Fotografía: Andrew Rodger
Montaje: Adam Recht
Música: Andy Gray
Duración: 90 minutos
Año: 2024


4 puntos


LA SUMA DE TODOS LOS MIEDOS

Por Patricio Beltrami

(@Pato_Beltrami)

En media hora de película, Atrapados en lo profundo exhibe la suma de todos los miedos que cualquier pasajero podría tener a la hora de subirse a un avión. Una nave destrozada cae en picada en medio del mar mientras varios pasajeros y tripulantes vuelan por el aire succionados ante los ojos horrorizados de sus seres queridos. Un reducido grupo de sobrevivientes quedan atrapados en la parte trasera de la aeronave mientras se hunde en las profundidades del océano. En una carrera contra el tiempo, idean un plan para regresar a la superficie antes de que se les termine el oxígeno, pero un cardumen de tiburones se convierte en el principal obstáculo entre la vida y la muerte.

Atrapados en lo profundo está centrada en la historia de Ava (Sophie McIntosh), hija del gobernador de California, quien parte de vacaciones junto a su novio Jed (Jeremias Amoore), su amigo Kyle (Will Attenborough) y su guardaespaldas Brandon (Colm Meaney). Por esas cosas del azar, antes del despegue Ava entabla un vínculo con Rosa (Grace Nettle), quien viaja en el mismo avión junto a sus abuelos. Sin embargo, a mitad del vuelo una bandada de aves avería uno de los motores, incidente que en cuestión de minutos provoca una explosión, la rotura del ala y el despedazamiento de la nave. Junto al auxiliar de vuelo Danilo (Manuel Pacific), este grupo enfrentará una carrera contra el tiempo y la naturaleza para salvar sus vidas mientras los restos de la nave paulatinamente se desplazan hacia el abismo.

Uno de los grandes problemas de Atrapados en lo profundo es que, contrario a lo expuesto anteriormente, demuestra una alarmante falta de acción a lo largo de todo el metraje. Las contadas secuencias de peligro resultan breves, insípidas, carentes de inventiva o gracia. En ese sentido, el film no tiene una gota de humor que permita jugar con la autoconsciencia o autoparodia, sobre todo si se tiene en cuenta la inverosímil acumulación de riesgos que afectan a los protagonistas. Por si fuera poco, todo lo que sucede es extremadamente previsible, cuestión que inevitablemente lleva al tedio. En el accidente aéreo sólo sobreviven aquellos personajes que habían sido introducidos previamente (casualmente todos estaban alejados del lugar donde la nave se había partido) y, excepto el primer ataque, el acecho de los tiburones no presenta una gota de sorpresa (salvo alguna decisión insólita del guion en el clímax) o algo que genere una mínima emoción en el espectador.

Particularmente, este aspecto contrasta con una de las apuestas centrales de la propuesta. Mayormente, la falta de acción busca ser compensada con la profundización en los traumas de los personajes. Es verdad que Ava se convierte en líder a la fuerza, pero esto ocurre sólo después de haberla establecido como una persona indecisa, dependiente de la aprobación de su padre y algo temerosa de seguir su propio camino. En una lógica donde sólo los valientes sobreviven, de antemano se sabe cómo terminará algún personaje miserable y maltratador, mientras que algunos nobles que se sacrifican por el equipo y otros demuestran coraje en momentos clave para salvar sus vidas. Como ese avión en el final de la película, Atrapados en lo profundo se hundirá en el olvido no sólo por su intranscendencia, sino principalmente por previsible y aburrida.


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