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Robbie Williams – Miniserie

Por Mex Faliero

(@mexfaliero)

Robbie Williams fue uno de los artistas pop más importantes del planeta. No es exagerado: como integrante de la boys band Take That pero, especialmente, como solista, entre buena parte de los 90’s y los primeros años de este siglo legó una catarata de hits y cuatro o cinco discos indispensables. Sin embargo, su luz se apagó progresivamente y casi que desapareció de la escena, entre intentos de regresos no del todo satisfactorios y decisiones artísticas cuestionables. Esta miniserie de cuatro episodios, producida entre otros por el experimentado Asif Kapadia y dirigida por Joe Pearlman, se mete precisamente con ese período, para mostrarnos a un Willimas que, desde la madurez y de entrecasa (y en slips… ¿quién usa slips a esta altura de la vida?), se piensa a sí mismo y analiza cada paso dado en su camino. Es verdad que este tipo de documentales nos genera siempre la duda respecto de la espontaneidad del todo. La idea es esta: el director y los productores lo someten a largas sesiones de visionado de YouTube con el archivo de su pasado. Lo que vemos, entonces, son sus reacciones incluso a imágenes que lo ponen en el límite emocional de descubrirse en situaciones indeseables. La miniserie recorre el martirologio del ídolo popular: ascenso, caída y recuperación. Tal vez, por el tamaño del artista (siempre hubo en Williams demasiado ego, pero también una bien autogenerada herencia de showman a lo Sinatra, a lo Elvis) uno extraña que la miniserie se quede demasiado en la parte torturada del personaje. Las canciones casi que se asoman y lo que tenemos es a Williams en un ejercicio de sanación personal (sin caer en el predicador, se agradece), incluso al límite de generar un poco de rechazo, algo a lo que el provocador cantante británico nunca le esquivó, aunque parece haber padecido ese asedio de los medios. No está mal la experiencia, si entendemos que el documental busca eludir lo más conocido para internarse en aguas más profundas. La consecuencia es que los cuatro episodios se sienten un poco mucho y con un documental de 90 minutos alcanzaba. Más allá de eso, para el fan de los mejores años del artista (me incluyo) el material no deja de ser atractivo.

NdR: Los cuatro episodios están disponibles en Netflix.


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