Por Patricio Beltrami
NdR: Este artículo contiene spoilers.
De menor a mayor, con algún altibajo en la mitad, la segunda temporada de What if…? acabó de la mejor manera. El capítulo final no sólo cierra el recorrido de la temporada dos, sino que clausura los principales arcos de la serie: Strange Supreme (Benedict Cumberbatch) y Peggy Carter (Hayley Atwell). Además, el envío oficia de experimento exitoso de cara a Secret Wars, una de las futuras películas de Avengers y posible evento final del Universo Marvel (MCU). Dirigido por Bryan Andrews y escrito por Matthew Chauncey, What if… Strange Supreme intervened?, inicia con Strange llevando a Peggy al Santuario Infinito antes de devolverla a su realidad. Allí, el hechicero le pide ayuda: está cazando a las amenazas del multiverso, a fin de usar el poder de los villanos para revivir su universo. Cuando Peggy llega a un bosque nevado, The Watcher (Jeffrey Wright) insiste en que regrese a su realidad porque no desea narrar una historia trágica sobre una amiga. Decidida a ayudar a Strange, Carter lo ignora y es atacada por un ser veloz y poderoso. Así, Carter conoce a Kahhori (Devery Jacobs), quien le advierte que el verdadero riesgo es el hechicero. En el Santuario, Strange admite plan: ejecutar a los villanos en una forja para revivir a su universo y reunirse con su amada Christine. En desventaja ante el enemigo, Peggy rompe las prisiones de todas las amenazas multiversales, que inmediatamente atacan a Supreme Strange y se pelean entre ellos sin sentido como si fueran vikingos ebrios. A raíz de esta distracción, Kahhori lleva a su aliada hacia la forja, aunque en el camino enfrentan varios obstáculos. Si hasta entonces What if… Strange Supreme intervened? no había dejado de avanzar desde la acción, la aventura se volverá más lúdica a partir de las posibilidades del multiverso. Decenas de variantes de los villanos del MCU entran en escena para sumarse al descontrol en el Santuario Infinito (Hela, Malekith, Ultron, Wenwu, Thanos, Killmonger, entre decenas de variantes). En la forja, Peggy combate contra Strange usando las gemas del infinito mientras Kahhori busca que el lugar explote. Sin embargo, el hechicero complica la situación al arrojar a sus rehenes hacia la muerte. Entre portales, juegos mentales y la manipulación del tiempo, el espacio y la realidad, la pelea trascurre a pura inventiva mientras los villanos suben y bajan como un ascensor. Ante semejante amenaza, los prisioneros entregan sus fuentes de poder a las heroínas para que salven el multiverso, incluso a costo de sacrificarse en la forja. Así pueden vulnerar momentáneamente a Strange, quien admite su debilidad los demonios que viven en su interior. Si bien Carter arroja al villano convertido en monstruo hacia la forja, el propio Strange evita que el demonio dé el golpe de gracia y muere en la caída. Si bien el lugar explota, What if…? cierra con un final feliz. Tras salvarla, The Watcher lleva a Peggy a un reconstituido universo donde Strange nunca nació. Antes de volver a su realidad, el narrador y la Capitana hacen una parada para conocer nuevas historias, comenzando por el árbol creado en el final de Loki. A diferencia de la temporada uno, que gradualmente había edificado su conflicto, What if… Strange Supreme intervened? presenta una culminación alimentada por algunos capítulos y personajes. Aunque se trata de relatos independientes y autoconclusivos, en esta ocasión los autores se nutrieron de los elementos necesarios para crear el gran evento final. En ese sentido, la aventura de Peggy y Kahhori tiene la virtud de avanzar desde la acción, generando el vínculo entre ambos desde la desconfianza inicial hasta una genuina fraternidad entre compañeras de armas. En tanto, la última decisión de Strange honra su rol de guardián del multiverso y, además, demuestra que finalmente sobrepuso su amor y humanidad ante las egoístas ambiciones que arriesgaron el destino de todos los multiversos. What if… Strange Supreme intervened? cierra con buenas y creativas secuencias de acción y, asunto no menor, con la confirmación de que una guerra multiversal es posible, incluso llenando la pantalla de héroes y villanos a las piñas mientras la historia avanza sin mayores obstáculos narrativos.
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