No estás en la home
Funcinema

Nyad

Título original: Idem
Origen: EE.UU.
Dirección: Jimmy Chin, Elizabeth Chai Vasarhelyi
Guión: Julia Cox, sobre el libro de Diana Nyad
Intérpretes: Annette Bening, Jodie Foster, Anne Marie Kempf, Carolyn McCormick, Belle Darling, Pearl Darling, Johnny Solo, Anna Harriette Pittman, Eric T. Miller, Hanler Rodriguez, Harraka Eliana, Marcella Acuña Báez
Fotografía: Claudio Miranda
Montaje: Christopher Tellefsen
Música: Alexandre Desplat
Duración: 121 minutos
Año: 2023
Plataforma: Netflix


6 puntos


DOS VERSIONES SOBRE EL EDADISMO

Por Virginia Ceratto

(especial para @funcinemamdq)

Interesante película sobre la proeza de la nadadora Diana Nyad, primera persona en nadar desde Cuba hasta Florida a sus 64 años. Después de haber fracasado a los 30 y de retomar, décadas después, a los 60. La historia es real y es conocida.

Y está muy bien relatada, abarcando no solamente la proeza de Nyad, sino la historia del abuso sufrido en su adolescencia, por parte de un entrenador, la relación con su ex pareja y actual amiga y coach, interpretada magistralmente también por Jodie Foster, y el trabajo en equipo que, tantas veces se desconoce, está detrás de una figura.

Y aquí va el plus.

Diana Nyad, la náyade, impecable trabajo de Bening, insiste hasta el paroxismo, la locura, en cubrir esa distancia a mar abierto, es decir, en el peor escenario (agua salada plagada de predadores… el infierno es un lugar precioso comparado con eso) en lograr lo que no pudo en su juventud. Bonnie Stoll, su ex pareja, amiga y devenida entrenadora, la apoya, la ayuda, junto con otro veterano experto en navegación, John Bartlett, entrañable actuación de Rhys Ifans.

Y aquí varias cuestiones.

Primero: a ver si dejamos de lado esos discursos de actrices que denuncian que no hay trabajo para las mayores de 50. Bening y Foster tienen roles de maravilla y los interpretan de maravilla. Eso sí, interpretan a mujeres de su edad, no pretenden cubrir papeles de minas de 40. Si hay talento y sensatez, el mundo del espectáculo está lleno de protagónicos para cubrir.

En Argentina, actrices como Graciela Borges, Mercedes Carreras, Rita Cortese lo vienen demostrando.

Segundo: en la misma película, se confronta la actitud de una persona de 60, más o menos, que pretende lo que ella misma a los 30 no pudo, no puede o no podría…

Diana Nyad en la vida real, en contrapunto con Bonnie Stoll, que acompaña por amor, pero sabe, siente y dice, que se trata de algo que roza o traspasa la locura: estamos envejeciendo, somos viejas y quiero que me veas si te vas a morir en este intento, dice. Sensatez y sentimiento apelando al título de la novela de la escritora Jane Austin.

Hay, en estos tiempos, un doble discurso espantoso. Por un lado el NO al patriarcado, tan puesto de moda por uno de los feminismos, hay varios, que confronta con ese mandato de que la mujer debe parecer siempre joven. Suscribo: las mujeres envejecemos como toda criatura viva, de cualquier especie y de cualquier sexo. Y por otro, a veces ese mismo feminismo se queja -en estos días hubo encendidos discursos en el marco del Festival de Cine- por la escasez, vamos a suponer que sí, de trabajo para mujeres de 60 o 70.

A veces creo que hay minas de 60 o más, como yo, que pretenden ocupar, o seguir ocupando, roles que deben tener las jóvenes y se niegan a ocupar los roles que nos competen: o pasar la experiencia o, desde esa experiencia, hacer lo que podemos.

Por algo hubo, en nuestra cultura occidental, algo que se llamó Consejo de Ancianos, y que ahora podemos traducir en una participación más o menos activa, desde el jubileo, o la jubilación. Que sea justa es tema de otro debate, que también se debe dar para quienes se retiran, que es una opción válida, siempre que sea algo más que digna, ya que por digna se entiende, muchas veces, recibir una dádiva.

Después, o en el medio, están estas proezas a nivel físico, que pueden ir desde la obstinación hasta el delirio. Y escribo a nivel físico, porque siempre es más fácil, si la mente acompaña, seguir en andando desde lo intelectual. Y aun así, estoy segura de que hay jóvenes, de cualquier sexo, que deben tomar la posta, si es que están preparados, y que es nuestro deber hacerles el camino más fácil y ceder los lugares.

Consejo de Ancianos integraban los espartanos, a los 30. Obvio que el promedio de vida era menor. Pero, es hora de plantear de verdad, que la juventud eterna o alargada no existe, y que hay un momento en la vida en el que hay que reconocer que los músculos ya no son ni serán lo que eran.

Bening y Foster se muestran tal y como son. Y además, son bellas. Con sus arrugas y el cuerpo gastado.

Nyad casi muere varias veces en sus intentos. Hoy lo puede contar.

Tal vez su obstinación fue más noble que morir en la procura de un cuerpo joven bombardeado por metacrilatos. Y no juzgo a quienes han muerto por eso, porque también hay un grado de responsabilidad en la sociedad.

Que cada quien haga lo que quiera. Pero al menos hagámonos cargo de la edad y, sobre todo, no caigamos en discursos mentirosos. Que la vida siempre te puede largar un tiburón o una medusa si te metés en aguas turbulentas.

La película está muy bien.


Si disfrutás los contenidos de Funcinema, nos gustaría tu colaboración con un Cafecito para sostener este espacio de periodismo independiente:
Invitame un café en cafecito.app

Comentarios

comentarios

Comments are closed.