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El duelo

Título original: Idem
Origen: Argentina
Dirección: Augusto Tejada
Guión: Luciano Leyrado, Agustín Rolandelli
Intérpretes: Joaquín Furriel, Eugenia Suárez, Juan Ignacio Cane, Maxi De la Cruz, Diego de Gregorio, Domingo Milesi, Cristina Inverrizzi, Diego Olazabal, Nacha Valverde
Fotografía: Federico Polleri
Montaje: Ariel Franjnd
Música: Gabriel Casacuberta
Duración: 82 minutos
Año: 2013


4 puntos


QUÉ PUNTERÍA PARA LA DESGRACIA

Por Mex Faliero

(@mexfaliero)

Hay en el comienzo de El duelo al menos una idea interesante que está expresada por medio de la puesta en escena. Es un cliché a esta altura, sí, pero se trata de una idea que funciona. Allí Ernesto, un hombre de esos grises, que trabajan en oficinas, repite día a día el mismo ritual entre que se levanta y concurre al lugar de trabajo. El montaje es vital en este sentido (también la corporalidad de Joaquín Furriel), representando con pequeñas viñetas que se repiten la cotidianeidad de un tipo decididamente chato. Un detalle, algo que lo hará romper el fuerte engranaje que conduce su vida lo llevará a sufrir una revelación y, de ahí, a tomar una decisión impactante: suicidarse. Pero el fracaso en esa tarea lo llevará a tomar otra decisión. Y hasta ahí El duelo es una comedia negra, pero que en su pasaje a otro subgénero como la comedia de acción termina por quebrar su prometedor universo interior.

La película de Augusto Tejada imagina que existe una empresa de asesinos a sueldo que se encarga de sacarle de encima los problemas a la gente. Y Ernesto los contratará para sacarse un problema de encima, que no es otro que él mismo. Porque si no se anima a quitarse la vida, que otro lo haga por él. Este paso, expresado casi con elementos fáusticos en un bar nocturno, comienza a mostrar las ambiciones del director por apostar a un tipo de relato escasamente probado en el cine argentino, pero de gran tradición en el cine norteamericano, como la comedia de pareja despareja y a apuntada al choque géneros, de hombres y mujeres en fricción y puestos a la acción. Pero también mostrará, en su reverso, cómo cada apuesta que la película hace termina derrotada por su propia impericia. Si la comedia negra estaba bien expresada porque en su sustracción de emociones la puesta en escena estática le era funcional, cuando El duelo precisa moverse y ser chispeante, nunca lo logra.

La aparición del personaje de Rita (Eugenia Suárez) es uno de los problemas de la película por la impericia de la actriz en otorgarle seducción y carácter a su personaje, que es en lo concreto alguien de acción. El de Suárez es un inconveniente siempre: jugando desde su belleza estereotipada el rol de la femme fatale, en verdad no sabe usar más allá de su apariencia esa herramienta, ni construir personajes que transmitan algo por fuera de la pantalla. Un poco lo mismo que El duelo, que se pretende cómica, aventurera y sexy, y no es ninguna de esas cosas. En medio de tantas balaceras, la única puntería que demuestra el film es la de no acertar en ninguna de las teclas que toca.


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