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Sonido de libertad

Título original: Sound of Freedom
Origen: EE.UU.
Dirección: Alejandro Monteverde
Guión: Rod Barr, Alejandro Monteverde
Intérpretes: Jim Caviezel, Mira Sorvino, Kurt Fuller, Bill Camp, Scott Haze, José Zúñiga, Eduardo Verastegui, Gustavo Sánchez Parra, Manny Perez, Gary Basaraba
Fotografía: Gorka Gómez Andreu
Montaje: Brian Scofield
Música: Javier Navarrete
Duración: 131 minutos
Año: 2023


2 puntos


OBSESIONADO POR EL MENSAJE

Por Santiago González

(@ElunicoSan)

En la historia del cine han existido casos de malas películas. Algunas que son entretenidas por sus defectos técnicos, otras que son malas por ser aburridas, otras que son malvadas por su contenido y cómo lo muestran. También existen aquellas películas que son malas, pero que por motivos externos terminan volviéndose un éxito de taquilla; pero que sea un éxito no significa que sea buena. Sonido de libertad es un claro ejemplo de esto.

Esta producción filmada en el 2018 por el director Alejandro Gómez Monteverde, basada en la historia del agente de seguridad Tim Ballard (Jim Caveziel), sigue su obsesión por rescatar a niños secuestrados en América Latina para fines sexuales y pornográficos. En el transcurso de sus más de dos horas, Ballard se enfrentará a una red de trata en medio de Colombia y se infiltrará en lo más profundo de este asqueroso mundo.

¿Por qué Sonido de libertad fue un éxito? En parte porque ningún estudio de Hollywood la quiso adquirir. Los derechos pasaron a manos del productor Eduardo Verástegui y distribuida por Angel Studios. Debido a su contenido, que se valora, grupos de ultra derecha y religiosos se hicieron eco de ella y lograron que fuera un éxito de taquilla, escapando las vías normales de distribución y promoción. También dio espacio para infinitas teorías conspirativas que no tienen por dónde agarrarse más allá del fanatismo y la obsesión por lo polémico. Del cine, bien gracias.

Lo mejor de Sonido de libertad está en la actuación de Bill Camp como el ayudante de Ballard. Camp parece sobrepasar a su personaje, bordearlo y reírse un poco ante tanta seriedad impostada. Es que uno de los grandes problemas de esta película es el tono solemne que maneja, como si estuviera contando una gran verdad y eso se impusiera a una película. Que valga el dato, existen mil películas con temáticas similares que están más preocupadas en ser una película de género en vez que imponer un mensaje. Sonido de libertad está obsesionada en dar ese mensaje olvidándose de ser una película de género. Cuando lo trata de ser, demuestra las limitaciones de su director que apenas puede mantener fluidez en una historia que se vio millones de veces. Más allá de sus valores de producción, que a esta altura no significan nada, Sonido de libertad falla por ser una propuesta aburrida que tuvo la suerte de una extraña publicidad y que seguramente a fin de año será olvidada.


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