Por Mex Faliero
NdR: Este texto contiene spoilers.
Barry tuvo su Granite State, el extraño y anticlimático penúltimo episodio de Breaking Bad. Allí conocíamos qué pasaba con Walter White luego de fugarse de Alburquerque en el excitante episodio Ozymandias. Tricky legacies opera un poco como Granite State, porque responde las incógnitas que surgieron luego del atrevido flashforward del capítulo anterior: Han pasado ocho años y Barry (Bill Hader) ahora se hace llamar Clark y Sally (Sarah Goldberg) ahora se hace llamar Emily y luce una peluca negra. Además tienen un hijo, Jhon (Zachary Golinger), al que Barry/Clark educa en asuntos como la historia norteamericana, especialmente la figura de Abraham Lincoln, y con el que comparte por YouTube el sermón de un pastor evangélico. Mientras, Sally/Emily parece anestesiada y ganada por el cinismo, lejos sentimentalmente de ese hijo, mientras trabaja de camarera sin demasiada voluntad. Lo que sobrevuela durante todo el episodio es una idea del mal ahogado y reprimido, mientras que el bien es una búsqueda que siempre termina en fracaso. Tricky legacies es un episodio que se aleja estética y formalmente del resto de la serie, y que aplica a algunos aspectos de la vida rural norteamericana, más especialmente al de la vida en los pequeños pueblos del interior estadounidense. No sabemos muy bien dónde están, pero sí que han logrado construir una nueva vida, tratando de ahogar los fantasmas en la experiencia más mundana posible, aunque la anterior nunca los suelta del todo. En medio de esa vida despojada que parecen habitar, las noticias llegan a través de Internet: Sally/Emily mira a su vieja asistente protagonizar su programa y también llegan las noticias a través de alertas de Google. Una de esas noticias hace mención a la única secuencia que sacó a Tricky legacies del retrato de esa vida rural. En las oficinas de Warner Bros. un Gene Cousineau (Henry Winkler) de pelo largo y barba viene a reclamar algo tras vivir en el anonimato -se nos informa- durante ocho años: Una película sobre Barry Berkman se está preparando y el maestro de actores quiere ser parte de la producción. “Voy a tener que matar a Cousineau” reflexiona Barry/Clark como última línea del episodio. El pasado nunca suelta y se vuelve en contra en el momento menos pensado. Tricky legacies se sintió extraño, aunque Hader en un par de escenas demostró que la serie mantiene ese nivel de sofisticación que la desmarca del resto además de su talento para generar climas. Un episodio que, en todo caso, nos demuestra el carácter exploratorio de sus creadores y la solidez de un universo que se permite este tipo de digresiones. ¿Volverá Barry al pasado o todo se resolverá en este nuevo presente que se nos ha planteado? La serie mantiene esa lógica de no saber qué puede pasar y sólo quedan tres episodios.
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