Título original: Pahanhautoja
Origen: Finlandia / Suecia
Dirección: Hanna Bergholm
Guión: Hanna Bergholm, Ilja Rautsi
Intérpretes: Siiri Solalinna, Sophia Heikkilä, Jani Volanen, Reino Nordin, Oiva Ollila, Ida Määttänen, Saija Lentonen, Stella Leppikorpi, Hertta Nieminen, Aada Punakivi, Hertta Karen, Jonna Aaltonen, Miroslava Agejeva
Fotografía: Jarkko T. Laine
Montaje: Linda Jildmalm
Música: Stein Berge Svendsen
Duración: 91 minutos
Año: 2022
6 puntos
LA INSTITUCIÓN FAMILIAR VISTA CON HORROR
Por Santiago González
La sombra de El bebé de Rosemary (1968, Roman Polanski) sobrevuela en los primeros minutos de Cría siniestra, cuyo título internacional es Hatching, ópera prima de la directora finlandesa Hanna Bergholm. La cámara vuela por un vecindario de casas y jardines perfectos hasta enfocarse en una en particular, mientras escuchamos una dulce voz cantando. Similar al comienzo del clásico de Polanski. Dentro vemos una familia ideal, madre, padre y dos hijos rubios. Todo parece perfecto hasta que un pájaro negro irrumpe y destruye la estabilidad de esa familia que termina rompiendo varios adornos tratando de cazarlo. Es el indicio de la mala suerte que caerá sobre los protagonistas. Es también el puntapié para que su directora cuestione los roles de esta familia en donde reina una madre represora, interpretada magistralmente por Sopahia Heikkila, que es exigente y que está obsesionada con dar una imagen de perfección al mundo a pesar de esconder varios secretos.
La hija de este matrimonio impactada por la muerte de este pajarito encontrará un huevo que irá creciendo hasta romperse, dejando a la vista a una extraña ave que con el tiempo tomará la forma de esa hija. Una especie de hija malvada que le hará la vida imposible a la protagonista, el lado oscuro síntoma de la represión, pero que irónicamente no es la villana ya que el verdadero monstruo es aquella madre. En esos cruces entre madre e hija es donde la película encuentra sus momentos más perturbadores. No tanto en el elemento fantástico, Cría siniestra gana cuando su terror es real.
Pero hasta ahí es lo más interesante de esta propuesta que si bien no es espantosa, por lo menos si la comparamos con la cantidad de películas de terror mediocres que se estrenan cada semana, tampoco es que estemos hablando de una obra maestra.
Bergholm embellece visualmente su puesta de escena y el resultado si bien es coherente con la idea, también distrae. No es raro que contemplemos la belleza de aquellos decorados y pensemos que es perfecto para lo que retrata su directora, pero más allá de eso no hay mucho que pensar porque en el fondo se trata de algo superficial tratado como si fuera algo único. Se trata entonces de una de esas películas en donde su director es plenamente consciente de que tiene que decir algo, pero lo que cuenta es subrayado, como ocurre por ejemplo con los mencionados decorados o también con el vestuario blanco (para las mujeres) y celeste (para los hombres). Y para empeorar aún más las cosas recae en ese mal del cine de terror moderno e intelectual que es la metáfora de algo que es obvio para cualquiera. Una pena porque Cría siniestra tiene muchos puntos a favor. Una película imperfecta.
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