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Recapitulación de The Mandalorian: The foundling

Por Rodrigo Seijas

(@rodma28)

Este episodio de The Mandalorian fue esencialmente sobre el pasado, pero con un fuerte posicionamiento en el presente, aunque el foco no estuvo tanto en Din Djarin, sino en Bo-Katan y Grogu. The foundling también fue una nueva demostración de las virtudes de la serie, un capítulo dirigido con experto clasicismo por Carl Weathers, que apela a diversas tradiciones genéricas, a las que despliega con precisión en apenas media hora. Ya la primera secuencia, donde Grogu participa de un entrenamiento mandaloriano gracias al aliento de Din Djarin, es una fluida combinación de comedia deportiva y familiar, que es abruptamente interrumpida por una temible ave gigante que secuestra a uno de los niños. Es entonces que Bo-Katan, que asume un (¿inesperado?) liderazgo, arma una expedición para darle caza al ave y rescatar al niño, que obviamente integra a Din Djarin, quien instruye a Grogu para que se quede junto con los demás. A partir de ahí, el relato se divide claramente en dos: por un lado, el viaje (literal y geográfico) que emprenden Bo-Katan, Din Djarin y otros guerreros mandalorianos; por otro, el viaje mental que hace Grogu, mientras la Armera le forja una pequeña armadura. En el primer caso, hay un molde aventurero paciente y a la vez directo, que con una puesta en escena simple crea una gran tensión, que deriva eventualmente en una secuencia de acción -que culmina con la salvación del niño en el último segundo- que, aún siendo confusa, no deja de ser también vibrante. En el segundo caso, hay también una gran secuencia de persecución, pero lo que se impone es el tono traumático, el dolor y la tristeza que aquejan a Grogu cuando recuerda lo que fue su huida del Templo Jedi durante la Orden 66, ayudado por un Maestro Jedi y perseguido por soldados clones. El regreso de Bo-Katan y Din Djarin es triunfal, pero es la primera la que tiene un encuentro posterior con la Armera, que vuelve a usar la forja, pero esta vez para hacerle una nueva hombrera. En esa conversación que tienen ambas, Bo-Katan hace referencia a su encuentro en The Mines of Mandalore con una criatura que resultó ser un Mitosaurio. La Armera responde con una mezcla de indiferencia e incredulidad, porque se supone que los Mitosaurios no son reales, pero aún así le dibuja uno en la hombrera a Bo-Katan. La serie deja abierto el enigma sobre las implicancias de ese encuentro (¿o visión, si le hacemos más caso a la Armera?), pero hay indudablemente unas cuantas decisiones importantes en el futuro de Bo-Katan, y estas seguramente tengan relación con su pasado. Al igual que Grogu, cuyo destino o propósito tampoco son todavía claros. Mientras tanto, The foundling es un episodio de transición, pero cuya estructura narrativa y temas conectan a la perfección con los conflictos de los personajes y el tono habitual de la serie.


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