Por Mex Faliero
Philomena Cunk es un personaje muy seguro de sí mismo, alguien que parece tener respuestas para todo aunque su trabajo sea, en verdad, hacerse preguntas. Ese es -realmente-, el gran chiste de La Tierra según Philomena Cunk, falso documental en formato miniserie que satiriza el género documental tanto desde lo argumentativo como desde lo narrativo: “Me metí en esta cueva porque me lo pidió la producción”, dirá Philomena mientras rastrea los orígenes de la civilización. Precisamente, Philomena parece una de esas personas que se instruyen sobre todo mirando videos de YouTube y forman opinión en debates de redes sociales sin demasiado sustento. Ese personaje, un poco bruto, es el que lleva las riendas de esta comedia hilarante, llena de observaciones, que en cinco episodios va del Big-Bang a Internet, pasando por el Renacimiento, la Revolución Industrial, las guerras mundiales y todo tipo de evento y personaje célebre que se imaginen. El creador es Charlie Brooke (el mismo de Black Mirror, que demuestra ser más gracioso cuando no se toma en serio a sí mismo), sobre la base de un personaje que Diane Morgan venía interpretando en diversos especiales. El estilo de Morgan es lo hierático, tirar el chiste y esconder el gesto, con un absurdo que se construye mientras ella lo atraviesa con la mejor cara de póker. Eso se explota en cada entrevista con especialistas, a los que les pregunta la cosa más ridícula posible mientras todos hacen como si nada: “A los 30 años Alejandro Magno montó un imperio, ¿pero se sabe de qué color tenía el pelo?”. La Tierra según Philomena Cunk echa mano de múltiples recursos, satirizando diversos aspectos del documental televisivo, especialmente aquellos donde el conductor busca ilustrar una situación de la manera más simplificada posible. Pero más allá de lo efectiva de la parodia, de los apuntes políticos, de las múltiples ironías sobre el funcionamiento del mundo, la miniserie brilla porque es increíblemente graciosa, a pura carcajada, con un humor que se sostiene a lo largo de la media hora que dura cada episodio. Verla genera felicidad, como cada vez que suena el tema Pump Up the Jam de la banda belga Technotronic.
NdR: Los cinco episodios de La Tierra según Philomena Cunk están disponibles en Netflix.
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