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24 líneas por segundo: La comedia nos salvará

Por Mex Faliero

(@mexfaliero)

Muchos psicólogos suelen despreciar la comedia, porque suponen que detrás de un chiste se esconde alguna verdad que no se anima a salir de otras formas. Y, obvio, esas otras formas siempre son mejor vistas que un chiste oportuno, con tiempo perfecto, rubicundo. Pero la comedia es un elemento noble y no hay persona mejor, sepan disculpar estimados psicólogos, que aquella que se toma un poco en broma a sí misma. Eso parece haber comprendido Chris Hemsworth, quien lejos de querer convertirse en un héroe de acción en la vieja escuela (aunque lo haya intentado), a partir de la franquicia de Thor ha logrado una autoparodia perfecta, que parece evadir los planes mayúsculos de Marvel y que se manifiesta con vida propia. Cuando el universo de la compañía comienza a crujir, las películas decepcionan un poco y los planes a futuro lucen difusos, Thor: Amor y trueno es ese movimiento exacto a base de humor y poca seriedad que se necesita para recuperar el aire. Como Ragnarok, esta cuarta entrega del Dios del Trueno muestra una libertad creativa incesante, más allá de lo despareja que puede ser precisamente por esa necesidad de estar siempre tomando todo para el lado de la chacota. Pero la comedia salva y dignifica. Lo mismo podemos decir del recientemente fallecido James Caan. El actor reconocido por El padrino, trabajó en los 70’s con directores como Mark Rydell, Karel Reisz, Sam Peckinpah, Norman Jewison o Richard Attenborough. Pero a partir de los 80’s, comenzó un camino de intrascendencia -salvo excepciones-, que lo fue derivando progresivamente a roles menores dentro de películas de segundo orden. Un ocaso inmerecido para un actor enorme, del que justamente en el nuevo siglo recuerdo su participación en dos comedias: Elf con Will Ferrell y ¡Ese es mi hijo! con Adam Sandler; dos comedias, además, que usufructuaban ese mal genio que lo caracterizaba fuera de la pantalla en personajes irascibles y explosivos. Pero ahí, donde gran parte de la industria no lo convocaba, la comedia le hacía un lugar para mostrarse en su mejor forma. Como a Caan, como a Thor, cuando los vientos soplan en contra, solo queda sonreír. O reír a carcajadas sin que importe nada. La comedia nos salvará.


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