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El retorno de un género crepuscular: las aventuras gráficas

Por Cristian Ariel Mangini

(@Masterzio84)

Así se veía la que es considerada la primera aventura gráfica, a pesar de ser solo texto. Este año Roberta y Ken Williams tomaron el desafío de darle una interfaz gráfica.

De entre los géneros que pululan en el mundo de los videojuegos, uno de los más reconocibles es el de las aventuras gráficas. A uno inmediatamente se le vienen a la cabeza, con un dejo de nostalgia, acertijos casi imposibles, transiciones animadas un tanto lentas pero en muchos casos notables, diálogos con infinitas opciones que no llevaban a ninguna parte y un peso determinante de la narración. Sin embargo, las aventuras gráficas, a pesar de contar con una enorme popularidad entre mediados de los ochentas y los noventas, tuvieron un declive pronunciado en este Siglo XXI hasta su casi desaparición, destinada a un nicho de puristas o a ser absorbido en sus mecánicas por otros géneros. Sin embargo, algunos regresos y proyectos parecen reflotar el espíritu de estos juegos que han marcado a varias generaciones.

Pero primero, ¿cuál es la definición de una “aventura gráfica”? Wikipedia nos dice que es un videojuego en el que el jugador asume el rol protagónico en una historia interactiva que incentiva los acertijos y la exploración como elementos para progresar. El foco está puesto en el relato y esto permite que el género utilice recursos literarios, cinematográficos e incluso musicales con más frecuencia que otros como los juegos de acción o estrategia. Si bien durante su apogeo la forma de explorar el entorno era como una point-and-click adventure por el uso del mouse, lo cierto es que nació como juegos interactivos muy parecidos a un Elige tu propia aventura, donde ejecutábamos comandos y el texto nos describía las consecuencias. La interfaz gráfica y las cinemáticas otorgaron otra dimensión al relato y la forma de interactuar con el mismo. El primero de ellos fue textual y data de 1976 con el Colossal Cave Adventure de Will Crowther, un juego donde se interactuaba con distintos elementos dentro de una cueva, procurando sobrevivir a los desafíos que se presentaban. Obviamente en estos comienzos la imaginación era un elemento clave para interactuar con el relato, así como la precisión en las descripciones.

Pero las aventuras gráficas son esencialmente conocidas por aquellos títulos que han quedado en nuestra retina y el imaginario colectivo de la mano de gigantes como LucasArts, Sierra y Cyan Games. Imposible no mencionar a la franquicia iniciada por The secret of Monkey Island (1990, Lucasfilm Games), King’s Quest (1980 como Wizard and the Princess, de Sierra Entertainment) o juegos como el emblemático Myst (1993, Cyan Inc.), además de otros títulos como el Broken Sword: The Shadow of the Templars (1996, Revolution Software), el genial Grim Fandango (1998, LucasArts) o experimentos interactivos como el Phantasmagoria (1995, Sierra Entertainment). Por lo pronto nos centraremos en el desarrollo que tomó en occidente, que es completamente distinto del camino en oriente donde ganaron peso las novelas visuales y su fusión con el formato de los juegos de rol.

Arte del enigmático y celebrado regreso de «Monkey Island».

Habiendo dicho esto también debemos mencionar su declive, pero nunca fue una desaparición por completo. Pequeñas joyas como The Whispered World (2009, Daedalic Entertainment) o los juegos de la desaparecida empresa Telltale Games basados en sagas como Game of Thrones o The Walking Dead son prueba de ello. Sin embargo nunca recuperó el lugar como género que tuvo a mediados de los noventas y sus mecánicas de interacción con el entorno fueron explotadas por otros géneros y subgéneros como el survival horror (Alone in the Dark pero también títulos como el Clock Tower, sin mencionar nombres más recientes como Resident Evil o Silent Hill), los juegos de rol en todas sus variantes y los juegos de aventura y acción como la saga de The Legend of Zelda. En cierto sentido, las aventuras gráficas ocupan en la historia del videojuego el lugar que en el cine ocupan los western: su influencia en el medio es tan innegable como su declive y necesidad de reinvención, siendo sus mecánicas narrativas absorbidas por otros géneros o formatos.

Sin embargo el 2022 parece un año de grandes anuncios para los amantes del género. Ya hemos mencionado que Roberta Williams (en la nota que dedicamos a su trayectoria) junto a Ken Williams tenían entre manos un proyecto y ese parece ser la remake en 3D de Colossal Cave Adventure. Por si fuera poco, Ron Gilbert, la mente detrás de los primeros dos juegos de la saga de Monkey Island, vuelve con Return to Monkey Island. Mientras tanto, juegos como Norco (Raw Fury, 2022), Chinatown Detective Agency (General Interactive Co., 2022), el excelente Lamplight City (Grundislav Games, 2018) y el retorno también de la saga Syberia con The world before (Microids, 2022) mantienen el interés con interfaces novedosas y apuestas arriesgadas para subvertir los elementos más conocidos de su jugabilidad. Lejos de desaparecer, quizá sea apenas una transición y su potencial parece encontrar nuevas vertientes en el espacio indie. En todo caso, esto demuestra que el género aún está lejos de su agotamiento.


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