No estás en la home
Funcinema

Aguas profundas

Título original: Deep water
Origen: EE.UU. / Australia
Dirección: Adrian Lyne
Guión: Zach Helm, Sam Levinson, basado en la novela de Patricia Highsmith
Intérpretes: Ben Affleck, Ana de Armas, Tracy Letts, Grace Jenkins, Dash Mihok, Rachel Blanchard, Kristen Connolly, Jacob Elordi, Lil Rel Howery, Brenda Miller, Jade Fernandez, Finn Wittrock, Michael Braun, Devyn A. Tyler, Michael Scialabba, Jeff Pope, Paul Teal, Juliet Brett, Damon Lipari, Jaren Mitchell, Sam Malone
Fotografía: Eigil Bryld
Montaje: Andrew Mondshein, Tim Squyres
Música: Marco Beltrami
Duración: 115 minutos
Año: 2022
Plataforma: Prime Video


3 puntos


MUCHOS MALENTENDIDOS

Por Rodrigo Seijas

(@rodma28)

Creo que, a lo largo de los años, se fueron generando dos grandes malentendidos alrededor de la figura de Adrian Lyne. El primero, que parte más que nada desde el público, es concebirlo como una especie de emblema del cine erótico, cuando en verdad hay muy poco erotismo en su cine: a lo sumo Nueve semanas y media pudo construir cierto imaginario visual dentro de ese corriente, pero si ejercitamos un poco la memoria con Atracción fatal, Propuesta indecente, Lolita e Infidelidad, nos damos cuenta de que no solo eran películas conservadoras, sino también con fragmentos muy breves relacionados con el placer sexual o la seducción. El segundo surge desde dentro de Hollywood y consiste en ubicarlo en un lugar de realizador prestigioso de mínimo exagerado, surgido a partir del hecho de que varios de sus films cosecharon unas cuantas nominaciones al Oscar -en particular en los rubros actorales-, aunque en realidad es más que nada un artesano algo creído de sí mismo y sin un estilo potente.

Esos malentendidos se retroalimentan a gran escala en Aguas profundas, donde encima el propio Lyne también suma sus propias dosis de equívocos con el material que tiene a mano. En este caso, la novela Mar adentro, de Patricia Highsmith, que siempre supo explotar esos recovecos donde lo irónico y sarcástico se cruzan con lo oscuro y siniestro, donde lo causal se disfraza de aparente casualidad. Aquí, con la historia de Vic y Melinda (Ben Affleck y Ana de Armas), un matrimonio acaudalado, cuya existencia es tan lineal como aburrida. Para sobrellevar esa monotonía, ella casi que colecciona amigos que en verdad son amantes, a la vista de todo el mundo y con bastante desparpajo. Él da la impresión de aceptar esa especie de juego sin mucho problema, incluso a pesar de que sus conocidos manifiestan cierta incomodidad con la situación. Sin embargo, primero le dice a uno de esos amigos/amantes que mató a otro que había desaparecido, aunque pronto eso se revela como una mentira diseñada para desestabilizar a su contraparte. Y cuando otro amigo/amante muere misteriosamente en una fiesta, ella lo acusa a la vista de todos de homicidio, aunque sigue manteniendo la convivencia. Pero claro, la relación entre ellos queda pendiendo de un hilo y en cualquier momento puede aparecer otro cadáver.

La ambigüedad y las mascaradas de Highsmith no cuajan en lo más mínimo con el moralismo ramplón que maneja Lyne, donde todo suele ser mucho más simple. Entonces Lyne se encuentra ante una dificultad demasiado relevante: no es que no sabe cómo contar la historia, sino que ni siquiera sabe realmente qué contar. Por eso Aguas profundas amaga con irse para el lado del erotismo, pero solo se queda en insinuaciones y encima Lyne filma los cuerpos como si todavía estuviéramos en los noventa. Quiere construir un drama de pareja, pero con un distanciamiento que obtura toda potencia dramática y empatía con los protagonistas. Coquetea con ser una alegoría social sobre las apariencias, pero solo despliega ideas superficiales. Y cuando pretende ser un thriller, se queda sin nafta para generar suspenso.

En el medio, tenemos a Affleck y de Armas totalmente perdidos, sin saber qué hacer con sus protagónicos, y a un actor respetable como Tracy Letts sometido a un personaje que solo es un instrumento del guión para un final que da un poco de vergüenza ajena. Aguas profundas ni siquiera es polémica, le falta muchísimo para eso. Mi colega Mex Faliero me decía que es “un bochorno”, pero creo que tampoco llega a eso. Es simplemente muy mala y totalmente intrascendente. Lyne, que hacía casi dos décadas que no filmaba, debería haberse mantenido en el retiro.


Si disfrutás los contenidos de Funcinema, nos gustaría tu colaboración con un Cafecito para sostener este espacio de periodismo independiente:
Invitame un café en cafecito.app

Comentarios

comentarios

Comments are closed.