Por Mex Faliero
Dopesick, la miniserie creada por Danny Strong y basada en el libro de Beth Macy, aborda un suceso muy particular de la historia sanitaria reciente de los Estados Unidos: el desarrollo de un analgésico de la familia de los opiáceos, el OxyContin, que generó una alta dosis de adicción entre la población y que llevó al Gobierno norteamericano a tener que dictar la emergencia sanitaria en 2017. En verdad la miniserie toma el caso mucho antes, cuando la farmacéutica Purdue Pharma comenzó a desarrollar el medicamento y salta en el tiempo para ir y venir entre las diversas investigaciones desarrolladas por la DEA y funcionarios judiciales. Aparte de su atemporal hilo narrativo, la miniserie pretende ofrecer un cuadro completo de ese fenómeno: vamos de las peleas internas de la familia Sackler -los dueños del emporio farmacéutico-, a las consecuencias que el medicamento generó en los adictos. De las maniobras fraudulentas para que el medicamento sea aprobado a la formación de visitadores médicos y los métodos para comprar los favores de los médicos. De las investigaciones de la DEA, a los pasillos de la FDA y de ahí al trabajo obsesivo de un par de ayudantes de fiscal para desentrañar el engaño. Si bien Dopesick por momentos no deja de sucumbir ante el morbo de las adicciones, y suma algunas subtramas que no tienen mucho que ver con la historia central y están para cumplir con algunos requisitos de su tiempo, es una miniserie en cierta medida -y contradictoriamente- adictiva, que gracias a ese mosaico que la compone nos brinda un paseo por el centro de la burocracia y la corrupción estatal y privada, con víctimas y victimarios bien claros. Si los Sackler son pintados con la saña de los Roy de Succession, Peter Sarsgaard y John Hoogenakker interpretan a dos obsesivos ayudantes de fiscal, dos personajes hermosos, súper profesionales y con códigos de camaradería aceitados, que son la mejor subtrama de la miniserie. El mayor acierto de Dopesick es cómo mira un problema e intenta analizarlo desde múltiples perspectivas, a veces cayendo en subrayados pero sin discursos voluntaristas: la salida de las adicciones es ardua, la Justicia tiene sus límites, y no siempre el mal paga. Como dice el personaje de Sarsgaard en la que debería ser la última línea de la miniserie: “No lo sé”.
–Los ocho episodios de Dopesick están disponibles en la plataforma Star+.
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