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Funcinema

Entre tesoros y plataformas

Por Cristian Ariel Mangini

(@Masterzio84)

Al igual que en todo plataformas, hay espinas, púas, precipicios, y otros clichés del género. (Ducktales 1, NES)

Con esta nota apelo rotundamente a la nostalgia, pero además es para dejar sentado que no solo se realizan videojuegos basados en mega franquicias como Star Wars, clásicos exitosos en la taquilla como ET. O títulos estridentes como The Goonies. También hay videojuegos de pequeñas franquicias aisladas en el tiempo, resucitadas o incluso películas de culto olvidadas. Esta semana hablaremos de una serie de animación que marcó la década del ‘90 y está teniendo un revival en los últimos años gracias a la nueva serie que comenzó a emitirse en el 2017: Ducktales, o para los que crecimos en los noventas, Patoaventuras. La serie de Disney es conocida por ser una de las primeras jugadas televisivas de la productora, abriendo la puerta a no solo otras series animadas como Chip y Dale, sino también a otros gigantes como Warner Brothers con series como Tiny Toons.

Pero si apelo a la nostalgia no es solo por la serie de animación de los noventas que he visto hasta el hartazgo, sino por el excelente juego de NES o Family Game que trascendió en el tiempo a pesar de ser de 1989. La prueba más concreta es el uso del icónico tema del escenario de la luna (The Moon theme) compuesto por Hiroshige Tonomura en un episodio de la nueva serie animada del 2017. El tema es una de las piezas más queridas y atrapantes del chiptune y la muestra del enorme caudal creativo de la NES a finales de los ochentas. El homenaje al videojuego de la gigante japonesa Capcom y su adaptación de la serie animada no es casual, ya que el juego es uno de esos plataformas perteneciente a las consolas de 8-bits que está entre lo mejor del género.

A pesar de mejoras en varios aspectos, la segunda parte de este juego quedó prácticamente olvidada.

En el videojuego tomábamos el lugar del Tío Rico (Uncle Scrooge) con el fin tan noble de engrandecer su fortuna, algo que también hacía en la serie de animación. Este “simpático” antihéroe que en la serie de Disney era un personaje tacaño pero querible, aquí tenía el objetivo de explorar distintos destinos para obtener tesoros que lo hagan el más rico del mundo. Su competencia son personajes como Flimheart Glomgold o Magica DeSpell, antagonistas que también eran personajes icónicos de la serie. La inteligencia de Capcom en su adaptación fue tomar los elementos y personajes más importantes de la serie para construir un relato sin mucho sentido, pero que tenía sus momentos de épica. Niveles que recompensaban ser explorados a fondo, pasillos secretos que llevaban a tesoros ampulosos y una jugabilidad que ponía a prueba los muchos usos del bastón de Tío Rico (saltar sobre enemigos, arrojar objetos, alcanzar riscos demasiado elevados, etcétera), eran los principales argumentos de este juego diseñado por parte del equipo que realizó los juegos más relevantes de Capcom en los ochentas. Nombres como Tokuro Fujiwara (Ghosts’n Goblins, Bionic Commando) o Keiji Inafune (Megaman, Street Fighter) garantizaban la diversión y la atención al diseño del juego, que no solo se destaca por su jugabilidad o banda sonora, sino también por la precisión de su pixel art.

Esta pequeña joya de la NES, que también tuvo su versión en la Game Boy, contó con una secuela en el crepúsculo de los sistemas de 8 bits. El Ducktales 2 fue lanzado en 1993 por Capcom, aunque fue desarrollado por Make Software, con parte del equipo de Capcom que desarrolló la exitosa primera parte. A pesar de resultar olvidado, el juego conservaba las virtudes del primero y hacía de los escenarios intrincados laberintos con mayor profundidad que la primera parte. Incluso existía una isla secreta a la que solo se podía acceder si se obtenían las partes del mapa dispersas en los niveles del juego. Estos pequeños detalles y una banda sonora de Akihiro Akamatsu y Minae Fujii tan sólida como la de la primera parte (Niagara Falls theme merece ser destacado) hacían de este juego una pequeña gema entre otros plataformas de la NES y los nuevos juegos de las consolas 16 bits.

La remake del primer juego en el 2013 contó con importantes mejoras.

No tan interesante es un olvidado título que fue lanzado para DOS por la compañía Incredible Software en 1990. El Ducktales: The quest for gold también era de plataformas y permitía explorar distintas locaciones, aunque aquí también jugábamos con los sobrinos del Tío Rico, que en los juegos de Capcom tenían un lugar importante pero secundario. A diferencia de los juegos de Capcom era más ambicioso al incluir distintos mini juegos en su propuesta, pero la respuesta de la jugabilidad era más tosca, dificultando adaptarse al ritmo del juego. Al igual que en los juegos de NES también había una feroz competencia con Flint Glomgold, pero se decidía luego de un mes. El juego nos daba una libertad a contrarreloj para obtener la mayor cantidad de tesoros y, una vez finalizado el plazo, se volvía a empezar derrotado o victorioso en función de la colecta de dinero realizada. Pero a pesar de sus virtudes de diseño, carecía del trabajo creativo de los juegos de Capcom y aburría porque se jugaba de una forma tosca, algo fatal en un plataformas. Esta es la razón del olvido de este juego que parece una curiosa figura de museo.

El primer juego de Capcom tuvo una remake de WayForward Technology que fue lanzada en el 2013, con mejoras en todos los apartados pero manteniendo la esencia del título de NES. Apenas cuenta con algunos agregados, pero sigue siendo igual de atractivo que el juego de 1989. Visitar estos juegos es no solo un ejercicio de nostalgia, sino una invitación a entender las bases y efectividad de una fórmula que se ha mantenido sin grandes cambios a lo largo del tiempo, más allá de los simpáticos personajes de Walt Disney que finalizaron su nueva serie tras tres temporadas.

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