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El villano es el conflicto

Por Patricio Beltrami

(@Pato_Beltrami)

Psycho Goreman tiene la virtud de construir un mundo complejo, que fluye entre una serie de disparatados enfrentamientos ancestrales y problemas cotidianos bien desarrollados. En tono de parodia, la película presenta personajes carentes de códigos éticos y morales, tan crueles y despiadados como queribles. Asimismo, su protagonista recorre el camino del héroe sin dejar de ser un genocida irredimible que desea destruir el universo. En contraposición a ello, durante los últimos años se ha multiplicado una decisión creativa en las producciones de superhéroes: el villano es el conflicto. Decenas de películas y series han optado por subrayar dilemas existenciales, traumas del pasado o posicionamientos éticos-morales en detrimento de crear antagonistas que estén a la altura de la situación.

A raíz de ello, se ha asistido a numerosas confrontaciones breves y deslucidas entre el bien y el mal (porque finalmente todo se reduce a eso), empañadas aún más por resoluciones cortas, antojadizas o insólitas. Más allá del éxito de su universo cinematográfico (MCU), Marvel no escapa a esta tendencia. Luego de que la franquicia tuviera un gran debut, Ant-Man and The Wasp no estuvo a la altura de su antecesora. Haber privilegiado las cruzadas personales, sumado a la ausencia de un antagonista de peso, terminó opacando a la secuela. En cuanto a Pantera Negra, los conflictos intrafamiliares sirvieron para justificar el accionar del villano Killmonger, quien con su muerte alcanza la redención a pesar de haber planeado un ataque a escala global.

En tanto, todo estaba dado para que el conflicto ocupara el centro de la escena en Capitán América: Guerra Civil. No obstante, el Barón Helmut Zemo contó con suficiente peso como para erigirse en el rol indiscutido de villano. Por su parte, Falcon y el Soldado del Invierno había acumulado una interesante galería de antagonistas a lo largo de seis capítulos. Sin embargo, el discurso final del nuevo Capitán América acaba justificando a los terroristas y echando culpas a las desigualdades e injusticias que los habían engendrado.

Aunque no forman parte del MCU, otras producciones de Marvel también ponderaron los conflictos internos de los protagonistas. En ese sentido, la temporada de The Defenders resultó un fiasco, no solo por sus villanos intrascendentes, sino porque no existió un peligro que realmente justificara la unión de los personajes. Además, el equipo nunca funcionó como tal, solo fue un crossover fundamentado por el contrato con Netflix. Perteneciente al mismo universo, la segunda temporada de Luke Cage inicia con varios frentes abiertos y, después de eliminar a sus enemigos, culmina con un innecesario paso del héroe hacia el lado oscuro de Harlem. En tanto, Los nuevos mutantes apuntó a profundizar los miedos y traumas de un grupo de adolescentes, mientras que la representación del mal supremo estaba pensada a futuro como parte de una franquicia que jamás se concretó (ni se concretará).

En la vereda de enfrente, Batman v. Superman: El origen de la Justicia abordó el enfrentamiento entre ambos superhéroes, al tiempo que el resto de los villanos quedó en un deslucido segundo plano. A su vez, Mujer Maravilla tuvo tres villanos que, por distintos factores, nunca llegan a sobresalir. En tanto, si bien los antagonistas de Mujer Maravilla 1984 poseen más peso en la historia, los dilemas existenciales que aquejan a la heroína marcaron el rumbo de la historia y condicionaron el desenlace. En esa línea, su discurso anticlimático en medio de la batalla final se convirtió en la clave para salvar al mundo. Asimismo, Aves de Presa no fue más que una aventura de emancipación (de Harley Quinn) y sororidad, a tono con los tiempos que corren, mientras que los antagonistas solo aparecieron para darle sustento a parte de la historia.

De más está decir que en numerosas producciones del género hubo villanos que estuvieron a la altura de las expectativas, entre los que se destacan Thanos, Loki, Kingpin/Wilson Fisk, Doctor Octopus, Killgrave, Homelander, Mr. Nobody u Omni‑Man. Incluso, Darkseid podría integrar esta nómina, luego de la interesante introducción que tuvo en la versión Zack Snyder de La Liga de la Justicia. A pesar de ello, la tendencia de indagar profundamente en los conflictos de los superhéroes avanza en detrimento de la presencia de villanos atractivos. Y aunque aún no se entiende quién encarna al bien y al mal, Mimi y Psycho Goreman demostraron que no existe nada mejor que un buen enemigo, aquel que representa un verdadero desafío, para construir un camino de superación.

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