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Amadrinhada

Título original: Godmothered
Origen: EE.UU. 
Dirección: Sharon Maguire
Guión: Kari Granlund, Melissa K. Stack
Intérpretes: Jillian Bell, Isla Fisher, June Squibb, Sonia Manzano, Carlease Burke, Jane Curtin, Erica Parks, Olga Merediz, Stephnie Weir, Santiago Cabrera, Artemis Pebdani, Utkarsh Ambudkar, Jillian Shea Spaeder, Willa Skye, Mary Elizabeth Ellis, Nelson Ascencio
Fotografía: Christopher Norr
Montaje: Gary Dollner
Música: Rachel Portman 
Duración: 110 minutos
Año: 2020


5 puntos


SOLO UN POCO DE MAGIA

Por Rodrigo Seijas

(@funcinemamdq)

El desafío al que suelen enfrentarse las comedias navideñas -como todos los subgéneros- es combinar distintos elementos que pueden a primera vista parecer disímiles en un todo coherente donde las partes se retroalimenten entre sí. Y si bien tiene algunos momentos rescatables, Amadrinhada, producción original de Disney Plus, queda un poco lejos de ese objetivo, lo cual le impide entregar lo que promete desde su premisa.

Al film de Sharon Maguire (quien venía de realizar la discreta El bebé de Bridget Jones) le cuesta una enormidad plantear su premisa, centrada en Eleanor (Jillian Bell), una aprendiz de hada madrina que, frente al posible final de su profesión, se aventura a tratar de probar que es posible ese final al estilo “y vivieron felices para siempre”, rastreando a una niña cuyo pedido en una carta fue ignorado. Pero claro, esa niña llamada Mackenzie (Isla Fisher) ya ha crecido y es una viuda que lleva como puede su trabajo como productora en un mediocre noticiero y la crianza en soledad de sus dos hijas. Si el relato procura apoyarse en un humor autoconsciente de la materialidad de los cuentos de hadas y en el choque de perspectivas entre el mundo real y el fantástico, las ideas que despliega se revelan como oxidadas y faltas de ingenio. De hecho, en la primera parte muy pocos chistes dan en el blanco, no aparece la fluidez necesaria para hacer avanzar el conflicto y no se explotan a fondo las capacidades cómicas de Bell y Fisher.

Recién pasada la hora la película empieza a articular mejor sus capas temáticas y narrativas, como si se diera cuenta de qué narrar y cómo hacerlo. Cuando lo logra, no solo adquiere mayor dinamismo y construye algunos momentos genuinamente cómicos y sorprendentes –por ejemplo, una secuencia alrededor de una sandía-, sino que hasta consigue que nos importe lo que les pasa a las protagonistas y sus vínculos afectivos. Sin embargo, eso no evita que algunas subtramas -como la romántica- queden un tanto inconclusas y que los minutos finales caigan en un didactismo ciertamente redundante sobre el amor, los lazos de cariño y el espíritu navideño.

A pesar de que en líneas generales va de menor a mayor, Amadrinhada no puede sobreponerse a sus altibajos y darle una vuelta de tuerca realmente enriquecedora al subgénero que aborda. Es, de hecho, una película que solo funciona fragmentariamente, con algunos pasajes rescatables y una mayoría de minutos descartables. Con apenas algo más de solidez que los films originales de Disney Channel, está lejos del espectro cinematográfico y en un punto se corresponde con el ámbito del streaming. Tanto Bell como Fisher se merecían una historia más apropiada para sus talentos.

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