Por Mex Faliero
Sin dudas que la historia reciente de Argentina posee algunos de esos casos policiales que son sumamente aprovechables para el formato de serie documental de misterio que produce Netflix. Ya lo probó con éxito tiempo atrás con el caso Nisman y ahora repite la ecuación con Carmel: ¿Quién mató a María Marta?, producción dirigida por Alejandro Hartmann que recorre el asesinato de María Marta García Belsunce, ocurrido el 27 de octubre de 2002 en su casa del barrio cerrado Carmel, en Pilar. El caso, que aún sigue sin resolverse, ha tenido con el paso del tiempo múltiples piruetas judiciales, pero sobre todo una serie elementos distintivos que lo convirtieron allá por buena parte de la primera década de este siglo en la comidilla de noticieros, diarios, magazines televisivos, periodistas policiales y las familias que seguían cada instancia con un morbo singular. Es que el “Caso Belsunce” tenía múltiples aristas, empezando por el detrás de escena de la alta sociedad a la que referenciaba y siguiendo por las riñas familiares que se acumulaban como en el capítulo de una ficción. Hay que reconocerle a la miniserie, por más que se construya sobre la base de un tipo de relato un poco impersonal y con aire prefabricado, que avanza sobre un guion muy sólido, escrito a cuatro manos por Lucas Bucci, Alejandro Hartmann, Sofía Mora y Tomas Sposato. Contada en tan solo cuatro episodios que rondan la hora, Carmel… reconstruye hábilmente el caso, repasando el día del crimen, la investigación judicial, el juicio y el después del juicio, e integrando los testimonios de forma progresiva y sin acumular porque sí (están todos los que tienen que estar: Carlos Carrascosa, Horacio García Belsunce, Irene Hurtig, John Hurtig, Inés Ongay, Diego Molina Pico). Y va tirando puntas sobre temas paralelos, como la función de los medios de comunicación durante aquellos días o la aparición de una defensora de Carrascosa que desarrolló un blog sobre el acusado y condenado. Sin una voz en off que guíe, Hartmann aprovecha tanto los testimonios como los archivos televisivos para ir llevando al espectador por cada tema, y afortunadamente no abusa de las dramatizaciones que tan mal le han hecho al género documental: son contadas ilustraciones que grafican las especulaciones sobre lo que pudo haber pasado aquel día. También es cierto que Carmel… se vale de un tema intrigante como para ser atractivo de antemano, pero es noble reconocer que organiza su información de una manera fluida. Y al igual que con el entramado de opiniones de aquellos años, lo que sucede con la miniserie en redes sociales es muy interesante y habla más de nosotros que del caso en sí: es notable la recurrente declaración de culpabilidad irrevocable de Carrascosa por el solo antecedente de la clase social a la que pertenece o por algunas de sus repudiables declaraciones (que alguien sea bastante ruin no lo convierte en asesino). En definitiva, uno no sabe si estos casos son fascinantes por propio esencia o porque en definitiva sacan a la luz todos los prejuicios que llevamos adentro.
–Los cuatro episodios de Carmel: ¿Quién mató a María Marta? están disponibles en Netflix.