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Al morir la matinée

Título original: Idem
Origen: Uruguay
Dirección: Maximiliano Contenti
Guión: Maximiliano Contenti, Manuel Facal
Intérpretes: Luciana Grasso, Ricardo Islas, Julieta Spinelli, Franco Duran, Pedro Duarte, Yuly Aramburu, Hugo Blandamuro, Daiana Carigi, Valeria Martínez Eguizabal, Lucas Fressero, Vladimir Knazevs, Juan Carlos Lema
Fotografía: Benjamin Silva
Montaje: Santiago Bednarik
Música: Hernán González
Duración: 88 minutos
Año: 2020


7 puntos


UNA FIESTA TERRORÍFICA

Por Gabriel Piquet

(@funcinemamdq)

En Al morir la matinée un asesino en serie ingresa a un cine y comienza a eliminar uno a uno a los pocos espectadores que hay en la sala. Esta película de Maximiliano Contenti es disfrute puro, es cine de otra época, en la que el terror se veía en salas y también en VHS. Se pueden encontrar referencias de muchas películas, Demonios (1985), Angustia (1987), Popcorn (1991), por nombrar algunas, en un verdadero festival lleno de guiños para los fanáticos.

Todos los estereotipos están: el viejo cascarrabias, los jóvenes tontos, la pareja con escena de sexo graciosa (sin mostrar desnudos, eso quizás es mas de esta época de corrección política), protagonista heroica y un niño curioso que por quedarse escondido para ver la próxima película termina siendo testigo del horror de la pantalla y del que sucede en la sala. Los colores son influencia del giallo, pero el resto está más cercano al universo del subgénero slasher. No hay trasfondos psicológicos en el asesino, todo es inmediatez, se explica poco y se acciona rápido. Los diálogos son absurdos, no profundizan nada, sirven de excusas para llegar al próximo crimen.

Todo esto que podría ser una falencia en películas actuales se transforma en virtud porque nos lleva como una máquina del tiempo a esa Montevideo de 1993 (que puede ser cualquier otra ciudad). Contenti además elabora el más sentido homenaje en vida a un luchador del cine de género latinoamericano, me refiero al gran realizador Ricardo Islas. No solo tiene un papel en la película, si no que un film suyo se proyecta en la sala (Frankenstein: day of the beast de 2011) mientras el asesino mata. Muchos seguramente podemos reflejarnos en el niño escondido en la sala mirando una película “prohibida de terror” en esos viejos cines continuados o matinée. Tapándonos la cara un segundo, para después seguir viendo la escena sangrienta, excusa para contarle en el recreo a los compañeros del colegio, con exageración, eso que habíamos visto.


NdR: Esta crítica es una modificación de la ya publicada durante el Festival de Mar del Plata.

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