Por Mex Faliero
La farsa y cómo sostener las apariencias es algo que sobrevuela los nueve episodios de la primera temporada de Avenue 5, la nueva comedia que creó para HBO el showrunner Armando Iannucci, el mismo de la premiada Veep. La serie nos introduce en un viaje por la galaxia a bordo de la nave del título, una suerte de crucero espacial que por un desperfecto técnico terminará complicando su recorrido y tomándose tres años para regresar a la Tierra. Pero todo en el Avenue 5 es una puesta en escena: ni el capitán es capitán (un Hugh Laurie divertidísimo), ni la tripulación tiene conocimientos sobre navegación; todos son actores contratados porque dan bien en el rol. Tampoco el comediante que hace stand-up es gracioso ni las parejas que viajan a bordo son la representación cabal del amor. Todo es mentira, disimulo, incomodidad, apurado por un contexto donde el estallido parece inmediato. Claro, el asunto de fondo en Avenue 5 es ver cómo esos personajes sacan a relucir su heroísmo y se convierten en aquello que se les reclama. Cada capítulo ronda los treinta minutos y cada uno es una apuesta por el caos: el dueño del emprendimiento (Josh Gad , desaforado) es un megalómano medio berreta con un espíritu sumamente infantil, el especialista en relaciones públicas (Zach Woods) es un ser despreciable con escaso timing para tratar con la gente, los cadáveres se apilan y son expulsados al espacio, pero terminan orbitando a la nave. También orbita a la nave la materia fecal que se despide del crucero y todo redunda en un halo escatológico, hasta que alguien cree ver en esa mierda la imagen del Papa Juan Pablo II y los pasajeros se juntan a orar. La serie se construye como relato de ciencia ficción y Iannucci tiene la inteligencia de aprovechar sus múltiples posibilidades para explotar lo ridículo y lo cómico estirando todos los límites. A veces, es cierto, la necesidad de construir humor sin red y sin profundizar demasiado en los personajes vuelve al relato un tanto caótico (algo en lo que no ayuda la puesta en escena de cámara en mano y montaje veloz), pero Avenue 5 avanza como esa nave sin miedo a estrellarse contra el sol. Con momentos de diversión realmente salvaje, y otros donde parece naufragar un poco a la espera del chiste salvador, la serie termina con un gran final que nos deja esperando lo que vendrá.
–Hay una segunda temporada anunciada para el año que viene. Se puede ver por la aplicación de HBO.